Grandes Héroes De La Fe - JacobMuestra

El viaje de un impostor

La historia de Jacob en alguna medida es también la nuestra, el camino que hemos transitado en la vida está marcado, al igual que el de Jacob, por victorias desastrosas y derrotas espectaculares, éxitos que empobrecen el alma y fracasos que mejoran la vida.

Jacob, cuyo nombre sugiere, es un "Impostor”, un suplantador, el que quita al otro de su lugar para ocuparlo él. Con la ayuda de Rebeca, su mamá permisiva, elabora un complot contra su padre y su hermano mayor. Al disfrazarse se presenta ante su anciano y ciego padre; y usa una mentira para robar la bendición destinada a su hermano gemelo Esaú:

“Jacob se presentó ante su padre y le dijo: -¡Padre!
-Dime, hijo mío, ¿Quién eres tú, —preguntó Isaac.
-Soy Esaú, tu primogénito-le contestó Jacob- Ya hice todo lo que me pediste. Ven, por favor, y siéntate a comer de lo que he cazado; así podrás darme tu bendición". (Gén.27:17-20)

El timador, el tramposo Jacob, junto con su ambiciosa madre no solo buscan quedarse con el “Botín” de la herencia material y poder contenido en la bendición de Isaac como primogénito, sino que también van tras la bendición espiritual, como si el don de Dios se pudiera obtener a través de medios fraudulentos, cuando la Biblia asegura que es por gracia (Stg.1:17)

Lo maravilloso de la Biblia es que ella también es un espejo, una poderosa herramienta que nos provee Dios, que nos ayuda a reconocernos realmente tal cual somos, sin apariencias, sin filtros, sin “Maquillaje.” El reflejo que vemos de nosotros en las Escrituras es absolutamente fiel (Heb.4:13, Isa.6:4-6)

Para muchas personas puede ser chocante leer el fracaso moral de Jacob, pero me pregunto: ¿Tal vez la incomodidad que sentimos al leer el fracaso moral de Jacob es un reflejo de lo que sentimos internamente cuando luchamos con nuestra propia moralidad?

Todos aprendimos, en algún momento de la vida, que podíamos mentir y al igual que Jacob “De salirnos con la nuestra”. Al introducirnos en la historia de Jacob y permitirle al Espíritu Santo que desvele nuestro lado oscuro, como nuestro lado lleno de luz; nos sorprenderíamos al darnos cuenta de que en nuestro interior aún yace la capacidad de ser impostores o mentirosos, tanto como personas íntegras y honradas al mismo tiempo: “La tentación viene de nuestros propios deseos, los cuales nos seducen y nos arrastran.” (Stgo.1:14)

Al igual que con Jacob, Dios nos llama a dejar de escondernos en nuestros deleites y pecados y venir a Él, tal cual somos, sin ningún maquillaje espiritual y aceptar de Su Parte que Él quiere ser para nosotros “¡Un Salvador de compasión sin límites, con infinita paciencia, con una cantidad de perdón inagotable y con una convicción y compromiso eterno de que, si te acercas realmente a Él, te transformará!” (2 Cor.5:17).