Vivir renovado: Atravesando el dueloMuestra

No hay camino correcto

Es difícil saber cómo reaccionaremos ante la pérdida de alguien cercano a nosotros. Tal vez pensaste que llorarías más. Tal vez esperabas avanzar más rápido. No importa dónde te encuentres en el proceso de duelo o qué presiones sientas para volver a la normalidad, estás justo donde debes estar. No existe una forma correcta de hacer el duelo.

He perdido tanto a mi papá como a mi mamá. Con mi papá, fue una pérdida repentina e inesperada. Lo extraño mucho y siempre desearía haber tenido más tiempo con él. Mi mamá murió años después tras una larga temporada de enfermedad. Aunque sabía que se acercaba su muerte, eso no lo hizo más fácil.

La realidad es que nunca puedes realmente prepararte para perder a alguien. Siempre desearás más tiempo. Un día más, una semana más, un año más. Aunque sepas que ninguna cantidad de tiempo sería suficiente, tú aún querrás más.

El dolor es así de extraño. No es lógico. No sigue un manual de instrucciones paso a paso, no se ve igual de una persona a otra y no avanza en línea recta. A veces es tranquilo y no perturba demasiado tu corazón. Otras veces, su intensidad puede sorprenderte por lo mucho que duele.

Esos momentos inesperados pueden ser provocados por los eventos más pequeños, como llegar a tu casa y que nadie se asome detrás de las cortinas. O por los grandes eventos como desear que ellos estén aquí para ver las graduaciones y bodas. La verdad es que siempre faltará una pieza porque ya no están aquí. Pero si acudimos a Dios con el dolor de nuestro corazón, Él nos ayudará a recuperar el equilibrio para que podamos soportar otro día.

En el libro de Lamentaciones, el cual significa, expresión apasionada de dolor o pena, el autor, Jeremías, lamenta las cosas terribles que suceden en Jerusalén a manos de los babilonios. Durante varias líneas, describe su sufrimiento, incluso diciendo que su alma está abatida. Pero luego cambia su perspectiva y dice:

“Pero algo más me viene a la memoria, lo cual me llena de esperanza: El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota. Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!”.

Sé que estás sufriendo. Incluso puede haber días en los que tu dolor se sienta insoportable y abrumador, pero no estás consumido. El mismo Dios que amó y se preocupó por los israelitas, te ama y se preocupa por ti. Así como Él los llevó a través de su pena y dolor, Él será fiel para llevarte a ti también. Hoy puede ser difícil, pero prometo que no todos los días serán difíciles. Él te dará fuerzas suficientes para hoy, y Sus misericordias son nuevas cada mañana.

Gracias Dios por estar cerca de mí y ayudarme a soportar este dolor que a veces se siente abrumador. Te necesito. Necesito Tu gracia y Tu misericordia para pasar el día de hoy. Elijo confiar en Ti. Gracias por tu amorosa paciencia mientras proceso mi dolor. Ayúdame a liberarme de cualquier expectativa a la que me esté aferrando y a apoyarme en ti para obtener fortaleza. Amén.