El Dios Sin PrisaMuestra
Escogiendo la mejor parte
Me sorprendo constantemente encontrando en el texto bíblico términos que no se mencionan explícitamente pero que, sin embargo, quedan descritos a la perfección y que pertenecen al lenguaje actual que manejamos constantemente. Suelo decir frecuentemente que la Biblia no menciona cuestiones como “pornografía”, “tecnología” o “ecología”, pero encontramos entre sus pasajes principios que aplican perfectamente a esos temas candentes para nosotros en el día de hoy. Precisamente a ese respecto es que quiero conectar hoy el famoso pasaje que nos ocupa con una de las palabras malditas de nuestro tiempo, y uno de los cánceres que más nos ataca en este siglo: el estrés.
Marta recibe al Señor Jesús en su casa. Su disposición a dar al Maestro lo mejor es indiscutible, pero no toma la mejor decisión, y escoge la parte peor, que es la de preocuparse y afanarse por los muchos quehaceres de la casa. Mientras, su hermana María, de manera natural, prefiere colocarse a los pies de Jesús y escuchar lo que Él tenía que contarles, pero no por una cuestión de holgazanería, como parecería a simple vista –algo que, de haber sido así, no creo que Jesús hubiera ensalzado precisamente–, sino porque su sensibilidad le lleva de lo creado al Creador, de las cosas a la Persona, de lo temporal a lo eterno... y acierta de lleno.
Todo alrededor hoy en día se nos presenta como urgente, y solemos confundirlo con lo importante o vital. Cuando dejamos que el desbordamiento nos aparte de donde Jesús está, hablando a Su ritmo y plácidamente sobre lo que necesitamos saber y entender, entonces todo aquello se convierte en una forma de esclavitud y, por tanto, en una idolatría como otra cualquiera, en la que el Señor es desatendido a favor de toda otra cosa, incluso estando Él en nuestra propia casa.
Los asuntos y negocios de este siglo, como se denominan en otros pasajes del evangelio (Marcos 4:18-19 / Lucas 8:14), que no tienen por qué coincidir con riquezas, pero que siempre se constituyen como afanes, nos apartan del lugar donde debemos estar y de aquello con lo que el Señor quiere nutrir nuestra tierra.
Recuerda que, en este tiempo de prisas y urgencias, el enemigo de nuestras almas y padre de toda mentira se disfraza justo de eso, y su interés principal está en apartarnos de la mejor parte, la que tiene lugar a los pies del Maestro.
Escritura
Acerca de este Plan
Los tiempos de Dios no son nuestros tiempos y eso, en un mundo de velocidad y estrés, no es fácil de entender ni de aceptar. En este plan consideraremos cómo, normalmente, "la mejor parte" está alejada de la urgencia. De poco nos sirve afanarnos... Él nunca tiene prisa, porque nunca llega tarde, y nos invita contemplarle, absorber de Su carácter, y aprender a vivir de una forma distinta.
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Nos gustaría agradecer a Lidia Martín por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: https://paraquenosvayabien.com/