Cómo afrontar el dueloMuestra
Dos ejemplos de duelo
David y su esposa Svea Flood, una pareja con un hijo de 2 años, fueron como misioneros al Congo en 1921.
Al poco tiempo su esposa Svea contrajo malaria. En medio de esto, descubrió que estaba embarazada y por varios meses soportó una fiebre terrible.
La malaria dejó a Svea postrada en cama y murió a la semana de haber dado a luz a una saludable niña.
David Flood quedó muy afectado por la muerte de su esposa. Estando al lado de su tumba con su pequeño hijo, escuchó el llanto de su hija en la choza de barro. Repentinamente, la amargura llenó su corazón, la ira se apoderó de él y no pudo controlarla. Estalló en cólera gritando: “Dios, ¿por qué permitiste esto? Vinimos aquí para dar nuestras vidas. Mi esposa era hermosa, llena de talento y ahora yace muerta, ¡a los veintisiete años!”
“Ahora tengo un niño de dos años al cual apenas puedo cuidar, más una bebé. Me has fallado, Dios. ¡Qué desperdicio de vida!”
Entregó a su hija recién nacida a otros misioneros para que la cuidaran y les dijo: “Me voy a volver a Suecia, he perdido a mi esposa y obviamente no puedo cuidar del bebé. Dios ha arruinado mi vida”. Luego se dirigió al puerto, rechazando no sólo su propio llamado sino también a Dios mismo.
Fue después de muchos años que su hija lo encontró en un edificio abandonado rodeado de botellas de licor. Tenía entonces setenta y tres años, sufría de diabetes, había tenido también un derrame cerebral y las cataratas le cubrían ambos ojos.
Gracias a Dios que ese encuentro con su hija lo llevó al arrepentimiento y regresó al Señor antes de morir, pero toda su vida fue desperdiciada.
Lettie Cowman y su esposo Charles fueron de misioneros a Japón en 1900.
Después de dieciséis años de reuniones diarias, de supervisar un instituto bíblico más otra organización y de hacer giras para predicar en Corea y China, la salud de Charles se deterioró. Charles y Lettie regresaron a los Estados Unidos.
Charles tuvo un ataque al corazón en California y su salud empeoró. Lettie cuidó de su amado esposo durante seis años. Después de una larga batalla Charles falleció en septiembre de 1924.
La muerte de Charles devastó a Lettie. Como no tenían hijos, él lo era todo para ella. Tuvieron un matrimonio “de ensueño” y estuvieron completamente dedicados el uno al otro. Ella escribió en su diario: “¡Esto es un infierno en vida aquí en la tierra!” Lettie había orado para que Dios sanara a Charles. ¿Por qué no lo hizo Dios? ¿No hubieron cientos de personas pidiendo a Dios por la sanidad de Charles? ¿Dónde estaba Él?
Lettie buscó ayuda en la Palabra de Dios. Parecía que Dios le estaba preguntando si ella quería que su esposo se sanara más de lo que quería su voluntad sobre ella. Lettie pasó horas leyendo la Biblia y otros libros sobre sufrimiento y estímulo para salir adelante. Copió muchas verdades de todos estos libros. En realidad no sabía que el trabajo que estaba haciendo no era solamente para ella sino para otros, porque de la experiencia y el dolor de la señora Cowman y los cientos de palabras de sabiduría que obtuvo de los libros que leyó, surgió Manantiales en el desierto. Noventa años después, ese libro no ha dejado de imprimirse y ha vendido más de seis millones de copias en varios idiomas.
Tú puedes permitir que Dios use tu dolor para tocar vidas o puedes desperdiciar tu vida. La elección es tuya.
Cita: “Recuerda, tienes una vida. Eso es todo. Fuiste creado para Dios. No la desperdicies”, John Piper.
Oración: Señor, ayúdame a nunca renunciar a ti ni a la vida por la pérdida de un ser querido. Ayúdame a no desperdiciar mi vida sino a permitirte que uses mi dolor para tu gloria. Amén
Escritura
Acerca de este Plan
Cuando alguien a quien amamos muere, a menudo sentimos muchas emociones diferentes. En este devocional de 10 días, aprenderás a gestionar el duelo cuando nuestros seres queridos se van con el Señor. Estas son lecciones que el Señor me ha estado enseñando después de que mi amada esposa se fue a casa para estar con el Señor a finales de junio de 2021.
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