Cómo afrontar el dueloMuestra
Dios permanece en el trono
Cuando la muerte llega inesperadamente por un accidente o por la muerte de un niño, existe la sensación de que eso no debería haber pasado. Nos tambaleamos ante la emboscada del destino. Esta sensación de haber sido atrapados desprevenidos, nos lleva a sentir que Dios también fue sorprendido, ya que Él no nos advirtió ni nos dio tiempo para prepararnos, como cuando nos diagnostican una enfermedad terminal y nos pronostican el tiempo que nos queda.
Sin embargo, la Biblia nos asegura que Dios es absolutamente soberano sobre la vida y la muerte. Los eventos nunca le toman por sorpresa o desprevenido. No. Dios ordena todo, hasta el mínimo detalle. Esta es la verdad que trae paz y calma al corazón que se tambalea ante el golpe vertiginoso de una pérdida repentina.
Mateo 10:29-31 dice: “¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Con todo, ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre. Pues aun vuestros cabellos están todos contados. Así que, no temáis; más valéis vosotros que muchos pajarillos”.
Esta es una valiosa y profunda realidad que debe grabarse en el corazón afligido.
J.C. Ryle escribe: “Feliz es aquel hombre que puede caminar en los pasos de nuestro Señor y decir: Recibiré lo que es bueno para mí. Viviré en la tierra hasta que mi trabajo esté terminado, ni un momento más. Seré llevado cuando esté maduro para el cielo, no un minuto antes. Ningún poder del mundo podrá quitarme la vida hasta que Dios lo permita. Ningún médico en la tierra podrá prolongarla cuando Dios me llame”.
En el caso de Lázaro, la Biblia dice: “Cuando Jesús oyó esto, dijo: ‘Esta enfermedad no terminará en muerte, sino que es para la gloria de Dios, para que por ella el Hijo de Dios sea glorificado’”.
Hay una diferencia entre que Dios diga sí a una oración por tu necesidad específica y que diga sí a tu oración para mostrarte su gloria. Podemos estar seguros de que nuestra fe en la promesa de Jesús significa que algún día vamos a entender cómo usa Dios nuestro dolor para glorificarse a sí mismo.
La vida no dejará de doler, pero a Jesús tampoco dejará de preocuparle. Si crees en Él, Él te mostrará su gloria.
Recuerda que la muerte no es el fin. Recuerda también que en la tragedia puede haber significado, que la muerte no será sin sentido.
La desgracia del pensamiento ateo es que todo carece objetivamente de sentido. La muerte se convierte en la máxima tragedia porque es el irrevocable final de la vida. Pero nuestros corazones protestan contra eso; queremos y necesitamos que exista un sentido, aun en la tragedia. En el Evangelio, existe.
Romanos 8:28 nos da la seguridad: “Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”.
Que el Señor use este devocional para convencerte que Dios permanece en el trono y que algunos de tus mejores días todavía están por llegar; días llenos de sentido y significado si le permites a Él usar tu dolor para ayudar y alentar a otros. Esa es una gloria por la cual vale la pena vivir.
Cita: “Dios nos susurra en nuestros placeres, habla en nuestra conciencia, pero grita en nuestro dolor: es su megáfono para despertar a un mundo sordo”, C.S.Lewis.
Oración: Señor te agradezco por permanecer en el trono y porque a pesar de la muerte de mi ser querido, tú glorificarás tu nombre y harás de mi vida algo hermoso. Amén.
Escritura
Acerca de este Plan
Cuando alguien a quien amamos muere, a menudo sentimos muchas emociones diferentes. En este devocional de 10 días, aprenderás a gestionar el duelo cuando nuestros seres queridos se van con el Señor. Estas son lecciones que el Señor me ha estado enseñando después de que mi amada esposa se fue a casa para estar con el Señor a finales de junio de 2021.
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