Emociones sagradas - Respuestas bíblicas para cada retoMuestra

Dios no ha dejado de ser Dios porque tú estés en el valle. No ha dejado de ser el Dios de bondad y misericordia porque tú estés decepcionado o tengas el corazón roto.

A todos nos encantaría pasarnos la vida en la cima de una montaña. A todos nos encantaría respirar con vigor ese aire fresco de montaña y contemplar las vistas maravillosas. En la cima de la montaña puedes ver cosas que nunca verías desde el valle. Desde la cima de la montaña las cosas se muestran en la perspectiva adecuada. Estás literalmente en la cima del mundo. Es un lugar apropiado para una reina, ¡la reina de la montaña!

Nadie quiere comprase una vivienda en el valle de la desesperación y la decepción. En los lugares bajos hay unas vistas extremadamente limitadas y no puedes ver más allá de la arboleda más cercana.

Y aun así, es en el valle donde crece la vegetación y florecen las flores. Nada crece en la cima de una montaña, allí solo encontrarás rocas y peñascos. La cima de una montaña no es lugar para echar raíces, eso solo ocurre en el valle de abajo. Es en el valle donde ocurre el crecimiento más impresionante de tu vida y es allí donde el fruto del Espíritu crecerá en abundancia. Permíteme que lo diga así: en el valle donde te rompieron el corazón será donde recojas tu mayor cosecha.

Dios quiere que nuestras copas rebosen no solo cuando la vida es buena y las vistas espectaculares. Quiere que nuestras copas rebosen en el valle del dolor y en el desierto del quebranto. Dios pone ante ti una mesa de bendiciones que sanarán tu corazón roto y alimentarán a tu alma hambrienta.

Dios quiere que seas un hombre o una mujer que sabe que la decepción no tiene el poder de hacerle perder el rumbo. Dios quiere que seas una persona que se refugia en su presencia durante los tiempos de quebranto y desaliento. Dios quiere que seas un cristiano que nunca echa culpas, sino que bendice continuamente. Dios quiere que seas un creyente que da fruto en el peor momento de la vida.