Emociones sagradas - Respuestas bíblicas para cada retoMuestra
David era un hombre común con un corazón fuera de lo común. Él también lidiaba con la furia de sus emociones, igual que tú y que yo. Se paró en el borde del oscuro pozo de la depresión más veces de las que se pueden contar y, por tanto, él también sabía lo que era pelear contra el hastío. David decidió controlar su alma, que es la fuente de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos y de nuestra personalidad, para así bendecir al Señor. La siguiente frase está construida en imperativo, lo cual quiere decir que no se trata de una opción, sino de una orden definitiva. David, a fin de cuentas, se decía: “Alma, no importa lo mal que te sientas, ¡bendecirás al Señor! Personalidad, ¡supérate a ti misma y alaba al Señor! ¡Ahora! Emociones, ¡acallad vuestra boca lastimera y quejosa, y abridla para adorar al Señor!”
La alabanza transformará la atmósfera de tu vida de una manera que nada más puede lograr. Pero hay una persona, y solo una, que te priva del regocijo. Puedes intentar culpar al diablo, pero él no tiene el poder de acallar a tu corazón y prohibirle cantar. De hecho, el diablo se ha dado cuenta de que no necesita acallar tu capacidad de adorar, porque esta otra persona ya ha realizado un trabajo tan completo que los caminos maliciosos del diablo ya no son necesarios. ¿Quién es este poderoso inhibidor que te separa de una explosión sinfónica de adoración? ¡Tú, eres tú! Tú decides no regocijarte cuando estás consumido por el hastío pernicioso.
Hay un único motivo por el que un cristiano que ama a Jesús de todo corazón puede decidir no regocijarse. Esta única razón puede expresarse de infinitas maneras. Egoísmo, egocentrismo, narcisismo, querer ser el número 1, autopreservación. Se hace como digo yo, se trata de mí, no me apetece, no tengo por qué hacerlo si no quiero.
Es tu decisión. Hoy decides alabarte a ti mismo o alabar a Dios. Decídete hoy.
La alabanza transformará la atmósfera de tu vida de una manera que nada más puede lograr. Pero hay una persona, y solo una, que te priva del regocijo. Puedes intentar culpar al diablo, pero él no tiene el poder de acallar a tu corazón y prohibirle cantar. De hecho, el diablo se ha dado cuenta de que no necesita acallar tu capacidad de adorar, porque esta otra persona ya ha realizado un trabajo tan completo que los caminos maliciosos del diablo ya no son necesarios. ¿Quién es este poderoso inhibidor que te separa de una explosión sinfónica de adoración? ¡Tú, eres tú! Tú decides no regocijarte cuando estás consumido por el hastío pernicioso.
Hay un único motivo por el que un cristiano que ama a Jesús de todo corazón puede decidir no regocijarse. Esta única razón puede expresarse de infinitas maneras. Egoísmo, egocentrismo, narcisismo, querer ser el número 1, autopreservación. Se hace como digo yo, se trata de mí, no me apetece, no tengo por qué hacerlo si no quiero.
Es tu decisión. Hoy decides alabarte a ti mismo o alabar a Dios. Decídete hoy.
Escritura
Acerca de este Plan
Dios te creó y te colocó en este momento de la historia, para amar lo detestable, mostrar paz en la confusión y expresar una alegría desafiante en cualquier situación. Esto puede parecer imposible, pero puedes hacerlo aprendiendo lo que la Biblia dice acerca de tus emociones humanas naturales y de cómo controlarlas. Este devocional abarca los retos ordinarios y en ocasiones extraordinarios a los que nos enfrentamos cada día, y ofrece referencias bíblicas sobre cómo controlar las emociones de forma piadosa.
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Nos gustaría dar las gracias a Carol McLeod y Just Joy Ministries por compartir este devocional. Para más información visita www.justjoyministries.com