Encontrando alegría en las habitaciones del corazón de una madreMuestra
La biblioteca
Siempre he anhelado tener una biblioteca en mi casa, una habitación dedicada exclusivamente a albergar libros exquisitos desde el suelo hasta el techo. Una biblioteca es un lugar de reposo, de aprendizaje instantáneo y de imaginación intensa. Creo que cada vez que entraba en esa emocionante y a la vez tranquila habitación de mi imaginación, mi corazón empezaba a latir más rápido con la adrenalina de la anticipación.
Ciertamente, si la Biblia describe a Dios como la Palabra, entonces es lógico que las palabras sean importantes en su reino. Si deseas dar a tus hijos una ventaja en su educación y una base sólida para el futuro académico, entonces tú, como madre, debes tener una biblioteca inspiradora en tu corazón. Debes leer en voz alta a tus hijos y regalarles libros en sus cumpleaños, en Navidad y en otras ocasiones especiales. Debes apagar las pantallas y leer los cuentos y aventuras de la infancia a la impresionable tripulación que te ha sido otorgada.
Tus hijos aprenderán a amar lo que les presentas con ternura; si tus hijos han recibido el inestimable regalo de una madre que lee, tú también estás en camino de desarrollar lectores voraces. El hábito de ingerir literatura es capaz de fortalecer tu camino con el Señor y desarrollar la fe de tus hijos.
Las palabras tienen el poder de cambiar, ampliar y enseñar. Los libros que hay en tu casa deberían convertirse en algunos de los mejores amigos de tus hijos a medida que crecen. Si amas los libros, es probable que tus hijos también lo hagan. Los libros pueden acompañar a los niños a cualquier edad y ayudarles a atravesar los retos de la vida.
Uno de los trabajos que más te exigen como bibliotecaria del hogar es saber qué libros deben leer tus hijos y qué libros concretos deben leerles en las distintas edades y etapas. Siempre debes tener a mano un libro nuevo para que el niño lo hojee, ya sea de la biblioteca, prestado por un amigo o un libro nuevo guardado para un momento determinado. Los libros deben repartirse en la familia de la misma manera que se dan comidas saludables tres veces al día. Nunca deben faltar los libros en tu casa, ni se deben pronunciar las palabras "Mamá, no tengo nada que leer".
Escritura
Acerca de este Plan
Estás a punto de entrar, o quizás ya entraste, en la impresionante, satisfactoria y frustrante casa de la maternidad. Una vez que cruzas el umbral de esta magnífica morada que está reservada a quienes han sido bendecidos con hijos, tu vida y tu corazón nunca serán los mismos.
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