Cómo ser prójimoMuestra
Llegamos con preguntas, no con respuestas
La mayoría hemos escuchado que nuestras vidas llenas de fe deberían imitar a Cristo. En Life.Church, nuestra misión es guiar a las personas a que se conviertan en fieles seguidores de Cristo. La mayoría de iglesias comparten una misión similar. El apóstol Pablo nos exhortaba en las Escrituras a imitar a Cristo. Jesús nos llama a tomar nuestra cruz cada día y seguirlo. No es de extrañar que la mayoría de nosotros seamos culpables de tener un complejo inconsciente de Mesías.
Tenemos buenas intenciones cuando le dejamos un sándwich a una persona sin hogar. Pero, nuestras acciones dicen: "Yo soy tu respuesta". Durante décadas, muchas organizaciones cristianas bien intencionadas a las que todos hemos apoyado han tratado de amar a nuestro mundo de esta forma: “Aquí, hambriento, prisionero, solitario. Yo soy tu respuesta”. La mayoría hemos sido voluntarios en una actividad donde acudimos a una comunidad pobre pensando que podríamos satisfacer sus necesidades. Creíamos que ayudábamos, pero nuestras acciones decían: “Ustedes no pueden encontrar respuestas. Yo soy su respuesta".
Dos cosas. Primero, un complejo de Mesías no es imitar o seguir a Cristo, es imponerse como un imitador de Cristo. Hablaremos más acerca de esto. Segundo, no dejes de darle alimento a los hambrientos y recursos a los pobres. Esto sería diametralmente opuesto a la Escrituras. De hecho, en situaciones donde las personas están en peligro, deberíamos responder inmediatamente. Sin embargo, para que las personas salgan del ciclo de pobreza peligrosa, nuestros vecindarios locales y globales requieren de un desarrollo y restauración de largo plazo. Por la gracia de Dios, muchas iglesias, personas y organizaciones han empezado a trabajar en esto. Sin embargo, ya sea que hablemos de alivio o restauración, cuando nos abalanzamos con todas las respuestas y no con preguntas, terminamos dañando a las personas.
¿Recuerdan cuando Jesús vió a una multitud hambrienta de 5,000? Con Su ayuda, comieron con cinco panes y dos pescados, con canastas llenas sobrantes. Si fuéramos a imitar a Jesús, deberíamos intentar levantar milagrosamente nuestras manos y satisfacer las necesidades de nuestros prójimos. Si seguimos a Jesús, llegaremos deseosos de servir, les preguntaremos con qué cuentan ya, y juntos esperaremos en Dios por Sus milagros.
La diferencia entre un complejo de Mesías y un seguidor de Cristo es: uno se impone con una imitación de salvación; el otro ve el potencial en otros y ama humildemente, mientras apunta al verdadero Salvador. Así, en lugar de aparecer aferrados a las respuestas, serviremos con las manos abiertas. En lugar de dar lo que tenemos, aprovecharemos lo que tiene nuestro prójimo. Veremos a las personas como Dios nos ve, no como problemas que necesitan soluciones. Amaremos a los demás como lo hace Jesús, no viviremos como si Él no lo hiciera. Llegamos con preguntas, no con respuestas.
Paso de hoy: Mira tus relaciones, voluntariado, forma de ser prójimo y de dar. ¿Llegas con preguntas o con respuestas? Mira el vídeo del Pastor Craig y Freddie, para ver cómo las preguntas pueden liberar a las personas.
Principio Cinco: Llegamos con preguntas, no con respuestas.
Valoramos las fortalezas y dones que ya operan en los individuos y comunidades. Llegamos con manos vacías y corazones abiertos preguntando cómo podemos ayudar en la obra que Dios ya está haciendo. Creemos que este enfoque preguntas-no-respuestas conduce a la propiedad local de soluciones generadas en la comunidad.
Acerca de este Plan
¿Y si no tuviéramos que viajar lejos para acercarnos a las personas que están distanciadas de Dios? ¿Y si los cristianos fueran los mejores vecinos? ¿Cambiaría tu calle? ¿Estaría más lleno el cielo? Hace mucho tiempo, un líder religioso le preguntó a Jesús cómo entrar en el cielo. Jesús contestó con una pregunta y luego con la historia del Buen Samaritano. No es de extrañar que 2000 años después, la historia de Jesús siga explicando cómo ser un buen prójimo. Únete al Pastor Craig Groeschel y a Life.Church en una guía práctica, llena de historias, para conocer a tu prójimo y amarlo como a ti mismo. Pero no solo la leas, ¡vívela!
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