Cómo ser prójimoMuestra

“¿Conoces a tu vecino de al lado?”

-Madre Teresa

A veces es muy difícil hacer lo que sabemos que se supone que debemos hacer. Jesús dijo que amemos a nuestro prójimo, así que compramos zapatos a una empresa que regala un par. Escribimos un cheque, enviamos una caja, donamos ropa vieja y tal vez incluso recaudamos suficiente dinero para ir a un viaje misionero a algún lugar lejano. Pero, ¿qué pasa si la misión es lo que hacemos cada vez que salimos por la puerta? ¿Y si amar a nuestro prójimo es una relación? ¿Qué pasa si no tenemos que viajar muy lejos para acercarnos a personas que están lejos de Dios?

Escucha, las misiones internacionales, las donaciones y las compras socialmente responsables son todas cosas buenas y necesarias. Sin embargo, cuando Jesús nos ordenó amar a nuestro prójimo, no fue meramente una declaración figurativa destinada a animarnos a beneficiar a extraños que se encuentran lejos. ¡También se nos manda conocer y amar profundamente a nuestro prójimo literal! Jesús también estaba hablando de: la familia al otro lado de la calle, el camarero que siempre toma mal nuestra bebida, el peluquero, la persona del otro lado del cubículo, el hombre de nuestro turno, el hombre de la carretera de circunvalación, la mujer de la esquina de la calle y el estudiante que está a un pupitre de distancia. ¿Conoces a tu vecino?

¿Cómo sabemos que Jesús estaba hablando de amar a la gente que tenemos en frente? Primero, vivió toda Su vida amando a la persona que tenía delante. En segundo lugar, cuando se le preguntó: "¿Quién es mi prójimo?" Respondió con una historia sobre un hombre que se detuvo y luego se quedó para ayudar a alguien que tenía enfrente. Esta es la cosa: cuando ponemos toda nuestra vecindad en esfuerzos que aportan un alivio momentáneo a personas lejanas, nos perdemos la restauración que proviene de las relaciones a largo plazo con los demás.

En Life.Church nos gusta decir: el alivio y la restauración son diferentes, pero ambos importan. El alivio puede suceder sin relación, pero la restauración no. Si las personas no tienen comida, ropa o refugio, necesitan ayuda inmediata. Sin embargo, cuando elegimos conocer gente, nos vemos por algo más que sus necesidades y nuestros recursos. Ahí, puede ocurrir la restauración. Poner gasolina en un camión viejo y destartalado puede hacer que funcione por un tiempo, pero restaurarlo tomaría muchas horas. y atención a los detalles.

La restauración a través de una relación suena difícil, pero no te desanimes. Es difícil de comenzar, lo que se vuelve más significativo para hacer. Aquí hay algunas ideas para conocer a tus vecinos: piensa dónde compras comida, café, gasolina, reparaciones de automóviles, cortes de pelo, etc. Vuelve ahí habitualmente. Da buenos consejos y comienza conversaciones significativas. Coloca tu barbacoa, columpio o mesa de picnic en tu patio delantero. Ve a los parques. Invita a tus vecinos a una comida. Intercambia herramientas, equipos de jardinería, cuidado de mascotas y tareas semanales al aire libre con ellos. Hornéales algo. Pregunta a tu compañero de trabajo qué haría para ganarse la vida si el dinero no fuera un problema. Invita y lleva a los amigos de tus hijos a la iglesia. Cuando lo hagas, la restauración comenzará a suceder en ti, tus vecinos y tu comunidad.

Paso de hoy: Mira el vídeo del pastor Craig con dos vecinos. Luego, elige algunas ideas de la lista anterior y comienza a conocer a tus vecinos esta semana.