¡Levántate y anda!Muestra
TIPOS DE OVEJAS
“Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas” (Juan 10:11 NVI).
Durante su estancia en la tierra Jesús se revela a sí mismo como el buen pastor y nos compara con las ovejas al decir que somos su rebaño. ¿Te has preguntado alguna vez por qué este animal y no otro?
Según sus características resulta dócil y muy útil por sus derivados; sin embargo, algunas suelen requerir mayor cuidado para que puedan tener un buen crecimiento y desarrollo.
Para empezar, tenemos el caso de una parábola muy conocida: la oveja perdida, pero para esta ocasión quiero darte a conocer ocho tipos más de ovejas, incluida esta. Veamos:
PRIMER GRUPO:
1. MADURAS. Son aquellas que han aprendido a permanecer en el rebaño y a obedecer a su pastor. En otras palabras, serían aquellos que se encuentran firmemente cimentados sobre la roca que es Cristo y como árbol plantado junto a corrientes de aguas que da frutos en su debido tiempo.
“Mis ovejas oyen mi voz; yo las conozco y ellas me siguen” (Juan 10:27 NVI).
2. ADELANTADAS. En vista de que no iban al mismo ritmo que las demás el pastor optaba por atarle una piedra en la pata posterior izquierda para regular su caminar hasta que lograra nivelar el paso.
Esto representa simbólicamente a un freno que puede surgir por situaciones imprevistas (familiares, económicas, laborales, etc.) para que el creyente aprenda a moverse bajo la voluntad de Dios por encima de sus deseos.
“Bien pronto olvidaron sus obras; no esperaron su consejo” (Salmos 106:13 RVR95).
OREMOS: Mi buen pastor, te pido que me perdones por muchas veces querer adelantarme a tus planes e impedir que cumplas tu voluntad en mi vida. Oro para que me ayudes a ser una oveja madura y obediente en tu rebaño. En el nombre de Jesús, amén.
Un abrazo fraterno,
Angie Sevillano
Acerca de este Plan
Si durante mucho tiempo has estado batallando con un alma atribulada por heridas y dificultades, en este devocional veremos cómo nuestro Buen Pastor nos enseña a bastarnos en su gracia porque su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Recuerda que cada proceso es pasajero, pero traerá consigo un mayor peso de gloria. Si pensabas quedarte tendido en el piso y pidiendo limosna, en el nombre de Jesús: ¡LEVÁNTATE Y ANDA!
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