Hábitos de santidadMuestra
Un paso a la vez
En los últimos días hemos hablado sobre cómo se ve vivir como personas santas llamadas a representar a nuestro santo Dios. Pero aquí está la cosa: Recordar quién eres, elegir la obediencia, practicar el arrepentimiento y mostrar misericordia, estas no son cosas de una sola vez. Pero está bien, perdoné a ese niño súper frustrante en la escuela ayer, así que estoy bien, ¿verdad? Bueno, es un buen primer paso, ¡pero no te detengas ahí! Estamos llamados a "a caminar con dignidad" al llamado que hemos recibido (Efesios 4:1 NVI), a encadenar paso tras paso mientras caminamos con Jesús. En otras palabras, necesitamos formar algunos hábitos. Entonces, ¿qué es un hábito? Un hábito es algo que haces constantemente, no solo ocasionalmente. Es una práctica, un ritmo, algo que se vuelve casi involuntario.
¿Qué pasaría si la obediencia se volviera casi involuntaria? ¿Qué pasaría si esas tentaciones que parecen tan abrumadoras pudieran ser disminuidas por pequeñas y consistentes decisiones tomadas hoy? Imagina la cercanía que experimentarías en tu relación con Dios si tuvieras el hábito de correr hacia Él en momentos de arrepentimiento en lugar de esconderte de Él. Estos son hábitos.
Paul, un misionero y líder increíblemente efectivo, reconoció lo fácil que es para nosotros escuchar algo, estar de acuerdo con ello, pensar que es una gran idea e incluso tomar algunos pasos hacia ello, pero nunca producen ningún resultado. En cambio, nos olvidamos, nos desviamos por otras cosas, y esas cosas nos empujan en otras direcciones. Pero el buen fruto se produce mediante un cuidado y una acción constantes a lo largo del tiempo.
Todos hemos oído hablar de alguien que no tiene buena mano con las plantas. Por lo general, es porque están distraídos de algún modo. Se olvidan de regar sus plantas o las dejan afuera en condiciones climáticas adversas y luego compensan en exceso. Riegan las plantas como locas o las exponen a una luz realmente intensa durante largos períodos de tiempo. ¿Y qué pasa? Sus pequeñas plantas terminan quemadas o ahogadas. ¡Exacto! Pero esto es exactamente lo que sucede con nuestras buenas intenciones. Intentamos algo por un tiempo, olvidamos o metemos la pata, y luego compensamos en exceso. Y esto lleva a que las cosas mueran, no florezcan.
Entonces, ¿cómo creamos consistencia? Dejamos de intentarlo y empezamos a entrenar. Esto es lo que Pablo ha dicho:
¿No te das cuenta de que en una carrera todos corren, pero solo una persona obtiene el premio? ¡Así que corre para ganar! Todos los atletas son disciplinados en su entrenamiento. Ellos lo hacen para ganar un premio que se desvanecerá, pero nosotros lo hacemos por un premio eterno. Así que corro con propósito en cada paso. No doy golpes la aire.. 1 Corintios 9:24-26 NTV
Corremos con propósito en cada paso. Hay intencionalidad en lo que hacemos hoy porque establece lo que somos capaces de hacer mañana. Damos el paso de eliminar las tentaciones hoy, para que podamos disfrutar de la libertad y la intimidad mañana. Nos arrepentimos, llevando nuestras meteduras de patas a Dios y buscando el perdón de los demás hoy, lo que conduce a relaciones más sanas y fuertes mañana. Ofrecemos misericordia hoy, lo que puede ayudar a abrir los ojos de alguien para ver quién es Jesús realmente mañana. ¡Así es como se ve vive como personas santas en nuestras vidas y relaciones reales! No estamos solo dando golpes al aire, resolviendo situaciones imaginarias. Nuestras vidas son el resultado de estas decisiones diarias, de estos pasos con propósito, de estos hábitos de santidad.
¡Así que no te detengas ahora! Si realmente quieres buenos hábitos, pero tiendes a tener dificultades para cumplir con tus resoluciones, mira La serie de mensajes del Pastor CraigMayor recompensa. Él proporciona muchos consejos prácticos para ayudarnos a elegir lo que más queremos (una vida santa y relaciones románticas / sexuales que honren a Dios) sobre lo que deseamos ahora.
Escritura
Acerca de este Plan
Como seguidores de Jesús, estamos llamados a vivir como personas santas para representar a nuestro Dios Santo. La santidad no es un destino mágico al que tenemos que llegar, sino la identidad de la que partimos para vivir. En este Plan bíblico, veremos algunos de los hábitos que podemos implementar para ayudarnos a caminar en santidad en nuestras relaciones personales y virtuales.
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