Hábitos de santidadMuestra

Palabras de la Iglesia

Santidad. Pureza. ¿En qué piensas cuando escuchas estas palabras? De seguro, tienes algunas ideas preconcebidas acerca de lo que significa ser puro/a y santo/a, y quizá tenga que ver con niños con aureolas en la cabeza. Esto es una imagen irreal. Después de todo, vivimos en una cultura que grita que la verdadera plenitud viene de estar en una relación sexualmente satisfactoria. Entonces, ¿por qué deberíamos preocuparnos por ser santos cuando se trata de relaciones personales o redes sociales? ¿Por qué deberíamos preocuparnos por la integridad sexual? Porque, como seguidores de Jesús, estamos llamados a vivir en santidad para así poder representar a nuestro santo Dios. 

En este Plan, veremos algunos hábitos reales y prácticos que podemos implementar para ayudarnos a vivir vidas santas: vidas marcadas por la confianza, la audacia, y la cercanía con el Dios que estamos representando en el mundo. Entonces, empecemos cambiando nuestra perspectiva sobre lo que realmente significa ser santo/a.

Algo que queda claro de inmediato: Dios es santo. De hecho, hay criaturas en el cielo cuyo único trabajo es declarar la santidad de Dios 24/7. Él nunca deja de ser santo, así que ellos nunca paran de proclamarlo. 

Pero, ¿a qué se refieren cuando dicen que Dios es santo? Están diciendo que Dios es radicalmente otro. Él es diferente. No hay nadie como Él ni nadie que pueda compararse a Él. En toda la Escritura, podemos ver esta verdad resplandecer durante todos los tiempos una y otra vez. Fíjate en la oración del Rey Salomón:

"'Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón." 1 Reyes 8:23 RVR1960

Cuando Dios aparece, todo es diferente. Y es aquí donde las cosas se ponen algo distintas. Este Dios santo ha venido a nuestras vidas como seguidores de Cristo, por eso también somos diferentes. Somos apartados. Hechos santos y llamados a vivir de una forma que represente a nuestro Dios santo en este mundo. 

"''Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" 1 Pedro 2:9 RVR1960.

¿Quién eres tú? Alguien escogido, un hijo o una hija del Rey, especialmente llamado—perteneces a Él. Cuando te das cuenta de que esta es tu identidad; que lo que Dios dice de ti es lo más verdadero acerca tuyo, empiezas a ver la santidad y la pureza de forma diferente. No como esas reglas y normas por las que esforzarse para vivir. No como algo imposible o inalcanzable. La santidad no es un destino mágico al que intentamos llegar; es la identidad de la que vivimos.