EsperarMuestra
¿Cuándo fue la última vez que te interrumpieron?
No sé tú, pero puede ser fácil enojarse y perder la paciencia cuando hacemos lo nuestro y surge algo inesperado o no deseado.
En el pasaje que acabas de leer, un hombre llamado Jairo se acercó a Jesús y le dijo que su hija de 12 años se estaba muriendo.
Jesús accedió a ir a la casa de Jairo para curar a su hija. De camino a la casa de Jairo, una mujer que había estado enferma durante muchos años salió de entre la multitud y tocó el manto de Jesús. Hubo una interrupción, un cambio de planes.
¿Qué hizo Jesús? Él se detuvo. Le dio a la mujer toda Su atención, le hizo algunas preguntas, pasó tiempo con ella y la curó.
Ahora, imagina que eres Jairo. ¿Cómo habrías respondido?
No sé tú, pero yo estaría un poco molesto, confundido, tal vez incluso enojado con Jesús. Estaría pensando, “¡Vamos, hombre! Tenemos que irnos. ¡AHORA!"
Ahora, no sabemos con certeza cómo respondió Jairo. El texto no lo dice.
No se menciona a Jairo diciendo nada. Hasta donde sabemos, él no le dijo a Jesús que se diera prisa ni que le recordó acerca de su hija moribunda.
Podemos inferir que Jairo se quedó allí esperando a que Jesús terminara de curar a esta mujer. Se quedó parado pacientemente.
En lugar de comportarse con ira o frustración hacia Jesús, Jairo mostró comprensión.
¿Tienes ese tipo de paciencia? ¿Tienes el tipo de paciencia que puede quedarse y esperar cuando las cosas no salen según lo planeado? ¿Cómo sería mostrar comprensión a otra persona o una situación la próxima vez que te interrumpan?
Escritura
Acerca de este Plan
Vivimos en una época de comodidad y rapidez. Pareciera que nosotros, como personas, nos estamos volviendo más y más impacientes. ¿Dónde se origina la impaciencia? ¿Cómo luchamos contra ella? Únete con nosotros los siguientes 10 días mientras lo descubrimos.
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