Mayor recompensaMuestra
Todos somos disciplinados
Tal vez has llegado tan lejos y sientes que no tienes lo que se necesita para ser una persona disciplinada. Tal vez pienses que no tienes el tipo de personalidad indicada para eso, o simplemente no estás hecho para serlo. Pero todos somos disciplinados. Algunos, simplemente somos disciplinados en las cosas equivocadas.
Piensa en lo que haces con tu tiempo. Incluso si pasas mucho tiempo comiendo helado mientras juegas videojuegos o te pasas todo el día viendo una serie de tv nueva, estás siendo disciplinado para hacer algo de manera constante; pero es posible que no sea lo que realmente quieres hacer con tu vida.
En cambio, ¿qué pasa si empiezas poco a poco? ¿Qué pasa si decides ver solo un episodio de tu programa por día? ¿Qué pasa si decides comer helado solo una vez a la semana? O, ¿una vez al mes?
A menudo se necesita algo de dolor en nuestras circunstancias para convencernos de que el dolor de la disciplina es lo mejor. Por ejemplo, puede dañarse, o incluso perderse, una relación al pasar demasiado tiempo viendo la televisión. Y eso podría motivarte a cambiar tus hábitos. Pero, ¿y si decidieras ser disciplinado antes de experimentar las consecuencias?
La disciplina tiene que ver con elegir lo que más queremos sobre lo que queremos en el momento. Por lo tanto, toma el tiempo para pensar realmente en lo que más deseas.
Cuando no sabemos lo que queremos para el futuro, nos enfocamos en lo que suena bien hoy. Basta con mirar lo que le sucedió a Esaú en el Antiguo Testamento.
Esaú y Jacob eran hermanos, y en su día, el hijo mayor tenía derecho de primogenitura, lo que significa que su padre le daría una bendición especial y una doble porción de la herencia. Esaú era el mayor de los 2, lo que significa que le correspondía ese beneficio.
Un día que Esaú había estado cazando y llegó a casa exhausto, Jacob convenció a su hermano de cambiar su primogenitura por un plato de comida. Sí. Has leído bien.
Pero antes de criticar a Esaú y pensar en lo loco que fue, piensa en algunas de tus decisiones. La gratificación instantánea nos atrae a todos. ¿Alguna vez has cambiado algo que realmente querías por algo que te hacía sentir bien en ese momento?
Tal vez habías estado ahorrando para unas vacaciones, pero luego te gastaste todo el dinero. O tal vez, arruinaste una relación al mentirle a alguien que amas, solo para evitar un conflicto en el momento. Cualquiera que sea tu situación, todos hemos cedido a momentos por obtener un beneficio instantáneo.
Pero no tenemos que seguir haciéndolo. Podemos aprender de Esaú y de nuestra propia experiencia pasada, y cambiar nuestros hábitos. Pero el mejor momento para cambiar los malos hábitos es hoy. ¿Por qué? Esaú tomó su decisión cuando estaba exhausto y distraído. Entonces, si quieres tomar buenas decisiones y ser disciplinado, tendrás que decidir firmemente y con prontitud que a lo que estás renunciando es por un propósito mayor.
Hoy elige el dolor de la disciplina sobre el dolor del arrepentimiento. Y elige la alegría de una mayor recompensa sobre algo temporal.
Desafío: Mientras lees la historia de Esaú, piensa en formas en las que podrías estar intercambiando algo que más deseas por algo que se siente bien en el momento. ¿Cómo puedes dejar de ceder al beneficio instantáneo y comenzar a desarrollar disciplina en su lugar?
Acerca de este Plan
La disciplina que desarrollas hoy determina las historias que contarás mañana. Entonces, ¿cómo te sientes con la historia que estás contando? En este Plan bíblico de 7 días que acompaña a la serie de mensajes "La mayor recompensa" del pastor Craig Groeschel, descubriremos qué es la disciplina, por qué es importante y cómo incorporarla en nuestra vida física, mental y espiritual.
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