Sueño o falta de él

Creo que no hay nada que pueda prepararte para la falta de sueño que vas a experimentar en los primeros meses de crianza. Los primeros días y semanas se vuelven borrosos a causa del agotamiento. Por supuesto, hay momentos donde los recién nacidos duermen y se anhelan para poder tener un pequeño descanso, pero la transición entre poder dormir pacíficamente a tener periodos de desvelos, trajo un agotamiento que jamás había experimentado en mi vida. Algunas de las peleas más extrañas e inútiles de nuestro matrimonio ocurrieron en medio de esas largas noches de insomnio.

Tanto tú como tu pareja van a ceder mucho más de lo que se imaginaron, así que es mejor hablar al respecto desde ahora, establecer expectativas y hacer un plan de cómo van a cuidar el uno del otro y cómo van a cuidar de ustedes mismos. 

En los primeros días, vas a vivir una tensión constante entre asegurarte de mantener tu salud mental al tiempo que estas pendiente de la salud mental de tu cónyuge. Habrá discusiones, pero deben aprender a hablar al respecto, reconciliarse y dejarlo ir. Deben permitir que la gracia de Dios prevalezca mientras se esfuerzan por cuidar de sus necesidades mutuas. Recuerden: Esta es una etapa pasajera. Aunque a veces sientas que nunca más vas a volver a dormir bien, ¡te aseguro que lo harás! 

Una de las cosas más importantes de recordar en medio de la noche es que ese desvelo tiene un propósito. Hay un profundo significado y bondad en esos tiempos de lactancia nocturna. Tanto si estás amamantando o dando el biberón, lo cierto es que estás dando vida a tu precioso bebé. Estás entregando tu vida por la de ellos y construyendo el fundamento de cómo los criarás el resto de tu vida. Una gran transformación ocurre en tu corazón cuando te conviertes en padre o madre, estoy segura que desde ya lo estás sintiendo. Dios usa a nuestros pequeños para santificarnos y transformarnos en la imagen de su hermoso y desinteresado Hijo. Y comienza desde el principio, incluso con sueño o con falta de él.

La Biblia dice de Dios en Isaías 40:11, "como un pastor que ciuda su rebaño, recoge los corderos en sus brazos; los lleva junto a su pecho, y guía con cuidado a las recién paridas". Lo más importante que debes saber es que Dios está contigo en este desafiante y hermoso viaje, Él está en medio de todo. Él es nuestro Buen Pastor, guiándonos en un territorio inexplorado, llevándonos cerca de su pecho. Él es gentil con nosotros mientras aprendemos a navegar en esta nueva etapa de desvelos como familia, y es de suma importancia que seamos amables con nosotros mismos y con los demás.

La gracia de Dios cubre todo. Las noches de insomnio, el dolor de la lactancia, la frustración cuando las cosas no salen conforme a nuestro plan, todo está cubierto por Su gracia. Así que, como fundamento de este viaje, elijan juntos hacer que su familia y su hogar sean una construcción firme y saturada de gracia.