Creando una mejor normalidadMuestra

Control versus satisfacción 

Hemos descubierto colectivamente que no tenemos todo el control de nuestras vidas cómo creíamos. ¿Dónde nos deja esto? ¿Cómo podemos dejar de controlar nuestras vidas y hallar satisfacción en vez de control? 

Cuando tenemos fijación por controlar todo, a menudo desatendemos la obra que Dios quiere hacer en nosotros. Una de las mejores formas de derrotar el deseo de controlar es desarrollar el contentamiento. Piénsalo. Cuando estamos tentados a controlar, a menudo es porque creemos que podemos crear una vida mejor para nosotros o los demás. Pero cuando estamos satisfechos, simplemente estamos agradecidos con lo que Dios nos ha dado. 

El contentamiento no significa que no podamos buscar cambios en nuestras vidas. Pero sí significa que busquemos cambios desde una posición de gratitud, no desde una posición de codicia. 

Veamos esto en una parábola de Jesús. Él cuenta la historia de un hombre rico que no tenía espacio para almacenar todas sus cosechas. El hombre decide derribar sus graneros para hacerlos más grandes y poder acumular y guardar toda su cosecha. Dios le responde: 

"¡Necio! Vas a morir esta misma noche. ¿Y quién se quedará con todo aquello por lo que has trabajado?" "Así es, el que almacena riquezas terrenales pero no es rico en su relación con Dios es un necio". Lucas 12:20-21 NTV 

Ese hombre tenía un problema, en vez de pedirle a Dios sabiduría acerca de qué hacer y agradecerle por todos sus recursos, buscó controlar la situación. Pero en realidad no tenemos control. No sabemos cuánto tiempo tenemos en la tierra, y no sabemos lo que traerá el mañana. Así que en vez de preocuparnos por lo que está fuera de nuestro control, podemos comenzar a sentirnos contentos al saber que Dios está en control, y que es confiable. 

Cuando estamos tentados por controlar cosas en nuestra vida, comencemos más bien a agradecer a Dios por ser soberano sobre ellas. El control dice que podemos crear nuestra propia felicidad. La satisfacción dice que Dios nos ha dado razones para regocijarnos en toda circunstancia. 

Ciertamente el contentamiento es una de las claves que Pablo nos da para combatir la ansiedad en Filipenses 4. Él dice que vayamos a Dios con una actitud de gratitud, después escribe que debemos fijar nuestros pensamientos en cosas que son dignas de alabanza. Dejemos de buscar el control y comencemos a reconocer que Dios es quien tiene el control. Por esto, podemos estar contentos, aún cuando las cosas parecen inciertas. 

Crearemos una mejor normalidad al invitar regularmente a Dios a nuestras vidas, sabiendo que Él es confiable al controlar cada situación y traernos el bien en cada estación. 

Ora: Dios, ayúdame a vencer mi deseo de control al buscar y practicar contentamiento. Solo Tú eres digno del control y confío en Ti. Gracias por las muchas bendiciones que me has dado. Ayúdame a administrarlas bien, a vencer la codicia y a hallar contentamiento. En el nombre de Jesús, amén. 

Desafío: Haz una lista por lo que estás agradecido, luego agradécelo a Dios. 

Si disfrutaste de este Plan, te gustará el podcast que lo acompaña, encuéntralo aquí:www.life.church/youvehearditsaid