EmocionesMuestra

Jesús modeló el perdón 

El perdón en sí no es un sentimiento; es una elección. Pero el perdón, o la falta de él, puede despertar muchos sentimientos. Piensa en la última vez que te perdonaron. ¿Qué emociones sentiste? Probablemente alivio, gratitud y alegría. ¿Y la última vez que perdonaste a otro? Tal vez algo de paz, bondad y misericordia. 

El perdón puede ser la clave para mejorar muchas relaciones. Pero requiere soltar nuestros sentimientos heridos para buscar la sanación en su lugar. Eso no significa que no podamos sentir dolor por las acciones de alguien. Pero sí significa que elegimos renunciar a nuestro derecho de estar en lo correcto para poder tener una relación correcta. 

Este concepto de perdón es uno con el que la gente ha estado luchando durante mucho tiempo. De hecho, Pedro le hizo a Jesús una pregunta sobre el perdón con la que probablemente la mayoría de nosotros se sienta identificado. Él preguntó: 

…"—Señor, ¿cuántas veces debo perdonar a alguien que peca contra mí? ¿Siete veces?"(Mateo 18:21 NTV). 

Estamos tentados, como Pedro, a poner reglas en nuestras relaciones. Queremos una salida en caso de que las cosas se pongan demasiado incómodas. Pero el perdón no tiene límites. La respuesta de Jesús: 

“—No siete veces —respondió Jesús—, sino setenta veces siete” (Mateo 18:22 NTV). 

Jesús pasa a contar una historia de un rey que cobra sus deudas a los siervos. Uno de los deudores debía millones de dólares. No podía pagar, así que el rey iba a venderlo junto con su familia para saldar la deuda. El hombre pide clemencia, y el rey se la da. Más tarde, el mismo hombre que fue perdonado se negó a perdonar a otro por deberle dinero. El rey se entera, y le ordena ir a prisión para pagar la deuda después de todo. 

¿Cuántas veces somos tentados a actuar como este hombre? Se nos ha perdonado tanto, pero nos resulta muy difícil extender esa misma misericordia y perdón a otros. Pero Jesús, al igual que el rey, no está interesado en el perdón unidireccional. Se nos ha perdonado el pecado y hemos obtenido una gracia que nos permite estar bien con Dios sin merecerlo. Debemos extender ese mismo nivel de perdón a otros. 

Así que el perdón no es un sentimiento, sino que es una elección. Y si seguimos a Jesús, es una decisión pasar por alto nuestras ofensas y sentimientos heridos para que podamos honrar a Dios y restaurar relaciones. 

Oración: Dios, gracias por Tu gracia, misericordia y perdón. Gracias por darnos un camino a través de Jesús para estar bien contigo. Muéstrame cualquier área en la que necesito buscar o extender el perdón, y ayúdame a hacerlo. En el nombre de Jesús, amén.