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Jesús mostró verdadera compasión

Durante las 24 horas del día en las noticias vemos tanta tragedia a nuestro alrededor que, desgraciadamente, la naturalizamos. Esta combinación de información en tiempo real y medios sociales nos ha insensibilizado al dolor. No queremos sentir dolor, así que seguimos adelante. Pero como seguidores de Jesús, estamos llamados a llorar con los que lloran y amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. 

Jesús, durante Su tiempo en la tierra, no solo sintió compasión por aquellos en dolor, sino que respondió con una acción significativa y amorosa haciendo la diferencia. Entonces, ¿cómo es la verdadera compasión? 

La palabra compasión tiene dos partes. La primera, “com” es un prefijo que significa “con". La segunda, “pasión", viene de una palabra griega que significa “sufrimiento". Por lo tanto, compasión significa “sufrir con". Si realmente vamos a ser como Jesús, no podemos simplemente comentar una publicación en las redes sociales sin hacer nada al respecto. Tenemos que servir a la gente, y amarla de verdad. Romanos dice: 

"No finjan amar a los demás; ámenlos de verdad. Aborrezcan lo malo. Aférrense a lo bueno. Ámense unos a otros con un afecto genuino y deléitense al honrarse mutuamente" (Romanos 12:9-10 NTV). 

Entonces, ¿cómo pasamos de desear ayudar a la gente a empezar a hacerlo con compasión verdadera?

1. Cuando pienses en orar por alguien, realmente hazlo en ese mismo momento. A todos nos ha pasado. Ves una publicación en las redes sociales de un amigo pidiendo oración, dices que lo harás, pero lo olvidas. Pasa. Pero ¿y si no fuera así? La próxima vez que un amigo te pida oración, ora por él allí mismo. ¡Incluso puedes registrar tus peticiones de oración aquí mismo en la Biblia App! A Dios le encanta que le hables, y sabes que la oración de una persona justa es poderosa.
2. Comienza un presupuesto de generosidad. No hagas de la generosidad algo de última hora. ¡Planéala! Considera ir más allá de tu diezmo para ser una bendición para alguien más. Cada mes, planifica ahorrar un poco para ayudar a alguien que lo necesite. Podrías comprar el almuerzo para un amigo, satisfacer la necesidad de una madre soltera que vive cerca o ayudar a comprar pañales para esa amiga que adoptó otro bebé este año. Sea cuál sea el destino, planea usar tus recursos para lograr los propósitos de Dios. ¡Pide a Él que te ayude a satisfacer una necesidad, y Él lo hará!
3. Sirve en algún lugar. ¿Sabías que servir a otros en realidad reduce los niveles de estrés? ¡Es verdad! Pero aún más importante, servir a otros es parte de la voluntad de Dios para tu vida. Deja de desear ayudar a la gente. En cambio, ¡sírvela! Hay infinitas oportunidades para hacer una diferencia en la vida de otros. Tal vez, ser voluntario en el ministerio de los niños de tu iglesia como líder de un grupo pequeño. Tal vez, ofreciéndote a cuidar a los niños de tu vecino gratis una vez por semana. O podrías anotarte en una misión local en tu comunidad. Sea lo que sea, encuentra algún lugar donde puedas usar los dones que Dios te ha dado para ayudar a otros. 

No te limites a sentir compasión como una emoción. Ponlo en acción viviendo como Jesús, entrando en el sufrimiento de otros y mostrándoles amor.

Oración: Jesús, gracias por modelar lo que es tener compasión por otros a mi alrededor. Ayúdame a mostrar verdadera compasión a todos los que se encuentran en mi camino. Abre mis ojos a las necesidades que hay frente a mí, y ayúdame a satisfacerlas. Ayúdame a vivir y amar como Tú hoy y cada día. En el nombre de Jesús, amén.