¿Por qué es tan difícil perdonar?Muestra

El deudor implacable 

Uno de los ejemplos más profundos de perdón en la Biblia es cuando Jesús hablo de un rey que quería saldar sus deudas. Un hombre le debía mucho dinero al rey y no podía pagarle, así que se postró sobre su rostro y le rogó misericordia. El rey tuvo compasión de él y piadosamente le perdonó la deuda. 

Después de leer esto, supondríamos que el hombre perdonado estaría abrumado de gratitud, ¿verdad? La cantidad que le fue perdonada era una deuda que nunca hubiera podido pagar. Y no solo eso, su familia no sufrió daño. Lamentablemente, vemos en el siguiente versículo que él no extendió esta misma misericordia a un hombre que le debía una pequeña fracción de lo que él debía al rey. Incluso hizo arrestar y encarcelar al hombre hasta que pudiera pagarle la deuda.

Algo cambio en el corazón de este hombre desde el momento en que se arrodilló ante el rey rogando misericordia por su deuda hasta que se levantó y vio al hombre que le debía una cantidad mucho menor. ¿Qué fue?

Uno de los mayores componentes del perdón es el empleo de la empatía. Cuando demostramos empatía hacia otros, nos estamos poniendo en su situación y mostrando compasión y comprensión. El hombre al que el rey había perdonado de la gran deuda no eligió mostrar empatía hacia el hombre que en verdad le debía muy poco. 

Si todos somos honestos, probablemente nos veamos reflejados en esta historia. ¿Cuántas veces hemos elegido no perdonar a alguien por algo que nos ha hecho y, sin embargo, recibimos felizmente el perdón que Dios nos ofrece? Todos hemos pecado. Profusamente. Y cada uno de nuestros pecados no alcanza el estándar perfecto de Dios. 

Con frecuencia, vemosnuestros pecados de manera diferente. Puede que consideremos que nuestros pecados son pequeños en comparación con los demás, perotodopecado es contrario a los caminos de Dios. ¿La única diferencia? Algunos pecados tienen mayores consecuencias; algunos pueden tener pequeñas mientras que otros pueden alterar la vida. 

Nunca conocemos la historia completa ni los antecedentes de la vida de alguien. No siempre entendemos qué experiencias han obstaculizado su vida. Pero una parte muy importante de extender el perdón es elegir una perspectiva que no sea solo la nuestra. Mostrar empatía requiere algo de trabajo de nuestra parte. Con frecuencia, no es natural para nosotros, pero podría ser la clave para caminar en libertad al extender el perdón a los demás.

¿Hay alguien a quien le estás negando el perdón? ¿Alguien cuyo pecado contra ti no fue tan grave como tú crees que fue? ¿Tu castigo por negarle el perdón no se ajusta a su “crimen” real? Pídele a Dios que te muestre a quién necesitas perdonar y ofrécele ese perdón.