¿Por qué es tan difícil perdonar?Muestra
¿Qué es el perdón y por qué es difícil?
Cuando nacemos, tenemos mucho que aprender. Tenemos que aprender a hablar, caminar y escribir, entre muchas otras cosas. Pero nadie tiene que enseñarnos a hacer lo malo. No hay ninguna clase que tengamos que tomar que nos muestre cómo ser egoístas, lastimar a otros o arruinar relaciones. Sabemos cómo desobedecer a Dios y pecar contra Él y los demás desde el momento en que nacemos.
Eso significa que todos y cada uno de nosotros necesitamos el perdón que Dios ofrece. La maravillosa noticia es que Dios proporciona una manera de que todos nuestros pecados (pasados, presentes y futuros) sean desechados. Lo único que tenemos que hacer es decir sí a la gracia salvadora ofrecida mediante la muerte de Jesús en la cruz. El amor de Dios por nosotros es extravagante, y a Él le encanta llenarnos de él. Una de las formas en que lo hace es extendiéndonos el perdón. Es increíblemente simple, pero no siempre fácil de entender.
Entonces, ¿Qué es el perdón?
Es una elección.
Es soltar el resentimiento.
Es renunciar a nuestros deseos de venganza.
¿Por qué es tan difícil perdonar?
Creemos que no le hace justicia a nuestro dolor.
No podemos detener el dolor, que luego invade nuestros pensamientos.
Pensamos que los pecados de otros son peores que los nuestros.
¿Qué ocurre cuando somos perdonados?
Recibimos un regalo inmerecido.
Podemos ofrecer este regalo a otra persona.
Podemos comenzar de nuevo.
¿Qué sucede cuando perdonamos a los demás?
Nos ahorramos un corazón amargado.
Recibimos paz mental.
Obedecemos a Dios.
Una última cosa que debemos saber sobre el perdón es lo que no es. Cuando alguien nos hiere, perdonar no significa que esa persona no deba dar cuentas, ni que ignoramos lo que hizo. No significa que pretendamos que el dolor nunca ocurrió, que aprobemos lo que hizo, o que pensemos que en realidad podemos olvidarlo. El perdón simplemente significa dejar ir, continuar, y no permitir que eso dicte nuestras vidas.
Cuando permitimos que la falta de perdón se arraigue en nuestro corazón y se convierta en un producto amargo, nunca experimentaremos la libertad plena en nuestro corazón. Para crecer y madurar en nuestra fe, necesitamos perdonar a los demás.
En los próximos cuatro días de este Plan, descubriremos la esperanza y la verdad en distintos relatos bíblicos sobre el perdón, que nos ayudarán a aceptarlo para nosotros mismos y ofrecerlo a los demás.
Acerca de este Plan
Todos nosotros necesitamos perdón, pero con demasiada frecuencia lo tratamos como algo opcional, cuando en realidad es un requisito previo para crecer en nuestra fe. En este Plan de 5 días descubre la esperanza y la verdad en diferentes relatos bíblicos sobre el perdón a medida que lo recibimos para nosotros mismos y lo extendemos a los demás.
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