La Iglesia fortalecidaMuestra

En la esencia de Cristo hay un inquebrantable amor por la comunidad y la restauración. Él tomó el tiempo para dar la bienvenida, hablar, motivar, proveer y curar a aquellos que vinieron a Él, haciendo con disponibilidad, pasión y compasión inclusive si esto significaba que sus propios planes iban a ser aplazados.

Cristo a menudo proveía las necesidades físicas de sus seguidores, pero, mas importante que eso, se dirigía a las necesidades espirituales que pudieran dificultar su conexión con el Padre. Su preocupación por el bienestar de la creación no era solo para ese momento, sino para la eternidad, lo cual mueve nuestra esperanza para continuar siguiendo sus caminos y sus enseñanzas.

Como permitimos que las enseñanzas de Jesus moldeen nuestras mentes tendrá efectos reales a través de nuestras comunidades hoy.¿Como se vería si genuinamente nos involucráramos con aquellos con los cuales nos encontramos de la manera que Cristo lo hizo, tomando sus características esenciales y manteniendo su verdadera postura?

En medio de cualquier tormenta, nosotros podemos contar con nuestro Señor. Él intercede a la mano derecha de Dios por nosotros. Como pequeños ungidos siguiendo a nuestro Señor, los mas vulnerables en nuestro mundo deberían de poder contar con nosotros para llenar los vacíos de sus necesidades. Mientras nosotros tenemos necesidades genuinas propias, mantener la postura de Cristo es un ejercicio que nosotros debemos continuar practicando, creyendo que al seguir su ejemplo nos hará crecer y contará para lo que realmente importa: Su gloria.

Encarnar la postura de Cristo toma humildad verdadera, dependencia y vulnerabilidad, pero mientras lo hacemos, debemos estar confiados que Cristo está con nosotros así como él estuvo con Cleopas y su acompañante en el camino hacia Emmaus, incluso cuando nosotros no lo vemos a él.

Cuando atravesamos desafíos, el proceso resalta en lo cual dependemos, ya sea si es Dios, nosotros mismos, otros o las finanzas. Adónde nosotros escoges buscar seguridad es especialmente evidente en tiempos de incertidumbre. No solo se resalta en lo cual dependemos, sino también se resaltan nuestros corazones, intenciones y lo que realmente creemos.

La esperanza en Cristo es que Él es nuestro salvador. Nosotros vemos en su amor por todos, que él perdió su propia vida para ver la gloria de Dios prevalecer. ¿Estas tu dispuesto a vivir ese ejemplo?