La Iglesia fortalecidaMuestra
“El sufrimiento puede refinarnos en lugar de destruirnos porque Dios mismo camina con nosotros a través del fuego.”
-Timothy Keller, Caminando con Dios a través del dolor y sufrimiento
El las Escrituras, vemos un patrón de Dios respondiendo cuando su pueblo experimenta sufrimiento. Lo vemos cuando guió a los Israelitas en un milagroso Éxodo desde Egipto, y de nuevo cuando trajo a José a un lugar de liderazgo para salvar sus parientes del hambre. El envío confort a Sadrac Mesac y Abednego en el horno ardiente, y ellos salieron ilesos. Y nosotros lo vemos frecuentemente en nuestro trabajo.
Personas como nuestra amiga Jumana han gritado a Dios para que les ayude en circunstancias difíciles.
Jumana y sus hijos viven en Hillé Bar, un pequeño pueblo en Chad en el borde del Sahara. El rio donde recogen agua se ha secado, y Jumana y las otras mujeres tienen que escarbar los bancos de arena para encontrar reservas profundas. Su tierra se ha convertido en polvo. Sus hijos no van a la escuela y nunca han ido. Jumana debe profundizar en la tierra para robar semillas de las hormigas. Ella tiene que excavar varios metras abajo para encontrar la escasa cosecha. Esto proporciona solo un dia de comida para su familia. A Veces están tan débiles con hambre, no pueden jugar o pararse. Uno de sus hijos ya ha muerto de hambre.
En las palabras de Isaías, Dios nos ha dado una promesa que podemos aferrarnos en medio del sufrimiento: “Estoy contigo; no te desanimes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré y te ayudaré; Te sostendré con mi justa mano derecha.”
Jumana conoce el sufrimiento extremo, y nuestro poderoso Dios quien creó todas las cosas y ama Su creación profundamente prometió estar con ella. A Pesar de todo su sufrimiento, Jumana tiene Esperanza. Dios escucha sus oraciones; vino la lluvia y alivió la sequía. Ahora sus cultivos están creciendo y hay pasto para alimentar al ganado.
En tiempos de sufrimiento, a menudo no tenemos otra opción más que acercarnos a Dios, y en esos tiempos, aprendemos lo que significa tener profunda intimidad con Él, depender de Él, y creerle a Él en todas las cosas. Sin enfrentar dificultades y juicios, nunca tendríamos la necesidad de llamar a Dios.
Y nuestra relación con el nunca conocería las profundidades de su amor; ni su cuidado y comfort que Él provee en tiempos de gran dolor y sufrimiento.
Servimos a un Dios omnisciente, que te conoce de principio a fin, lo más profundo de tu corazón. El está conciente de cada problema que enfrentas; El conoce tus preocupaciones escondidas que te mantienen despierto en la noche; El escucha tu llanto de desesperación.
Acerca de este Plan
Mas que nunca, la gente es consciente de que estamos profundamente conectados. Este momento único es una oportunidad para reflexionar sobre como compartimos el sufrimiento de los demás, centrándonos en Dios, y levantándonos para un llamado que no termina solo porque el mundo está en problemas, pero quizás es aun mas importante ahora: demostrar el amor radical de Cristo a los mas vulnerables en el mundo.
More