Sentado en el duelo: Un viaje devocional hacia la recuperaciónMuestra

Día 2 - Emociones

Mientras atraviesas el proceso de duelo, es muy probable que te sientas, en el mejor de los casos, como si Dios hubiera perdido tu número y, en el peor, como si Dios te odiara y no estuviera para ti.

Ayer hablamos sobre darte a ti mismo espacio para sentarte con tu duelo y expresárselo a Dios. Hoy vamos a hablar sobre las emociones.

Las emociones pueden ser a veces difíciles de navegar, no solo en términos de sentirlas, sino sobre qué hacer con ellas una vez las hayas sentido. Los cristianos no se ponen de acuerdo sobre el papel de las emociones.

Algunos ven las emociones a través de los lentes de Jeremías 17:9 NVI que dice, "Nada hay tan engañoso como el corazón. No tiene remedio. ¿Quién puede comprenderlo?". Los cristianos en este bando a menudo hablan de cómo no podemos confiar en nuestro sentido de los sentimientos, deseos y emociones para tomar decisiones. Por eso, muchos sienten que sus emociones deben ser sofocadas y metidas en una caja.

Otros, como los Jesuitas, creen que los sentimientos y las emociones son un regalo de Dios porque así es como fuimos creados, y Dios llamó a nuestra creación buena. Cristianos de este bando señalan que las emociones y sentimientos pueden ser una de las principales maneras en las que Dios trabaja en nuestros corazones para impulsarnos a la acción. 

Si alguna vez hubo un momento para decir "Sí, pero..." a ambos bandos, es durante el proceso de duelo. Las emociones deben sentirse y no pueden reprimirse, pero no vale la pena aferrarse a todas las emociones después de haberlas experimentado.

El duelo no es un destino; es un proceso. No es algo que pueda apresurarse. En este proceso, es muy probable que sientas todas y cada una de las emociones que existen, a veces todas al mismo tiempo. Esos días pueden ser muy agotadores. 

Es en esos momentos de agotamiento emocional cuando corres más riesgo de ser atacado por el enemigo. En algún momento del proceso de duelo, es posible que te sientas un poco enojado con Dios. Tal vez la sanación por la que oraste no llegó. Tal vez alguien se ha ido demasiado pronto y no te parece justo. 

Basado en mi personal y compartidas experiencias de duelo con aquellos que han sufrido una pérdida traumática, hay una gran posibilidad de que Satanás esté tratando de decirte que Dios no te ama o a la persona/las personas que has perdido. Satanás incluso puede tratar de convencerte de que Dios te odia y que por eso la persona que amas se ha ido. Este pensamiento puede "sentirse" real, pero no lo es.

Esto es lo que me ayudó durante mis períodos de intenso ataque durante la pérdida de mi padre: capturar mis pensamientos. En las Escrituras, Pablo nos dice que llevemos cautivos todos los pensamientos y los hagamos obedientes a Cristo. A lo largo de mi vida, esto era más fácil decirlo que hacerlo. Lo que finalmente me ayudó fue, aunque suene ridículo, decir en voz alta: "Eso no es cierto. Pensamiento, capturado" cada vez que me encontraba bajo ataque. Obviamente, esto no es necesariamente algo que recomendaría decir en público con gente alrededor (a menos que tengas los AirPods puestos, entonces la gente no sabrá si estás loco o hablando con alguien), así que dilo en tu mente, si es necesario. 

Hoy, reconoce que aunque las emociones sean un regalo de Dios, no vale la pena aferrarse a cada emoción después de haberlas experimentado. Ora para que el Espíritu Santo guíe tus pensamientos y emociones mientras estás en duelo.