De la libertad y el perdónMuestra
Acudir al Padre para recibir perdón
¿Recuerdas alguna experiencia cuando eras pequeño en la que hiciste algo malo y te castigaron por ello? ¿Cómo te sentiste con el castigo?
Hoy vamos a considerar una parábola muy conocida de Jesús. Veamos lo que Jesús está intentando decirnos acerca de acudir a Dios el Padre para recibir perdón. Este hijo menor parecía muy seguro de que sería más feliz si pudiera tener su dinero y alejarse de su padre. Pero la vida lejos de su padre no resultó como él esperaba. Hablemos de nuestros padres terrenales. Todos deseamos un padre que realmente nos ame, pero para muchos de nosotros, nuestro padre estuvo ausente cuando éramos niños. Estaba físicamente ausente por su trabajo u otros intereses; o tal vez con frecuencia estaba en casa, pero emocionalmente no estaba presente. Para otros, los recuerdos de su padre tal vez fueron con frecuencia molestos, incluso abusivos. Ahora bien, cuando se trata de Dios el Padre, tenemos la tendencia a pensar que Él es como nuestro padre terrenal: ausente y enojado.
Pregunta: ¿Qué crees que sucede en la vida de las personas cuando ven a Dios como ausente y enojado?
Muchas personas piensan que relacionarse con Dios el Padre es difícil. Muchos piensan que Él no está o que está enfadado. Se sienten mucho más cómodos relacionándose con un santo o con otra persona en vez de ir directamente a Dios. En esta parábola, ¿qué nos enseña Jesús sobre la actitud de Dios hacia las personas que se acercan a Él con un corazón arrepentido? ¡Perdón y aceptación totales!
¿Cómo crees que se siente Dios cuando lo evitamos o acudimos a alguien en vez de ir directamente a Él a través de Jesús? De todas las cosas que hizo el padre de este muchacho, ¿qué es lo más significativo para ti? Para mí, es que el padre corrió hacia él, lo abrazó, lo besó, lo perdonó, le dio la mejor vestimenta, le puso un anillo en el dedo, le puso zapatos en los pies y convocó a una celebración. Debido a que Jesús murió en nuestro lugar, el Padre celestial está dispuesto a perdonarnos y aceptarnos completamente.
Si estás en un grupo siguiendo este Plan, tal vez dos o tres personas puedan compartir cómo han experimentado el perdón del Padre Celestial en sus vidas. Esto podría ser un testimonio de salvación o una experiencia de perdón de pecado desde que se convirtieron. Vamos a limitarnos a dos minutos ¡breve y conciso!
Tiempo de reflexión:
1.¿Dónde te encuentras en este momento en tu relación con el Padre Celestial?
2.¿Conoces a alguien actualmente que sienta que su padre terrenal está siempre “enfadado y ausente”? ¿Puedes orar por esa persona?
Acerca de este Plan
Perdonar es un proceso que lleva tiempo, es costoso y duro. Es restaurar las relaciones mediante la liberación de un pasado doloroso con una actitud de amor. Nada nos mantiene más en esclavitud que nuestra falta de perdón. Rehusar a perdonar nos conduce a la amargura del alma. El perdón es la liberación de la amargura y de la propensión a vengarse. Reabre un futuro de nuevos comienzos: un reinicio.
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