Piensa sobre lo que piensasMuestra

Um, de verdad: Reflexiona sobre el modo que piensas de ti mismo

Ayer, fuiste desafiado a pensar en ti de la forma en que Dios lo hace. Aprendiste que tal vez necesites apagar tu crítica interna.

Podría tomarte más de un día aprender esa habilidad, especialmente si has tenido pensamientos negativos sobre ti mismo por un tiempo.

Mira este video y aprende sobre el tipo de pensamientos que podrías escuchar cada vez que tu crítico interno te está ladrando en la mente.

¡Sí! Este es el camino para pensar la clase de pensamientos que Dios piensa de ti. Sé compasivo contigo mismo. Dios es compasivo con nosotros. Deja de castigarte por todo lo que haces mal. Perdónate y sigue hacia adelante en libertad.

Deja de torturarte por todas las formas en que crees que podrías ser diferente. Es genial querer cambiar de pensamientos y caminos pecaminosos. ¡Es grandioso querer ser más como Jesús! Pero nunca, jamás, es bueno compararse con los demás y criticarse en lo que eres "distinto".

Además, como decía el video: Si alguna vez tienes conflictos encontrando algo bueno por lo que alabar a Dios sobre la forma en que Él te hizo, ¡habla con alguien! Busca a un adulto de confianza y pregúntale que ve en ti que sea piadoso y digno de alabanza. Pregúntale a un amigo por qué le gusta ser tu amigo. Usa esas respuestas para ayudarte a silenciar ese crítico interno.

Pregúntate: ¿Es más fácil para mí ser compasivo con los demás o conmigo mismo? ¿Cómo puedo comenzar a amarme de la forma en que Dios me hizo aunque sea un poco más hoy?

Desafíate: Ya sabes que hacer. Toma tu diario. Escribe algo por lo que estés agradecido. Tiene que ser a partir de hoy. ¡Oh! Y otra vez, debe ser algo por lo que estés agradecido de la forma en que Dios te hizo. No. ¡Hacer eso ayer no fue suficiente! Tú eres una creación única hecha por el mejor artista que haya existido jamás. ¡Puedes escribir dos cosas por las que estés agradecido sobre la forma que Él te hizo! No olvides anotar la fecha de hoy al lado.

Ora: Dios, gracias, otra vez, por la forma en que elegiste hacerme. Ayúdame a ver lo bueno en la forma que me creaste. Ayúdame a ser compasivo conmigo mismo cuando mi crítico interno suena como la voz del enemigo espiritual. En el nombre de Jesús, amén.