CAMINO A CASA: ¿A DÓNDE PERTENEZCO?Muestra
6.- Del exilio a la tierra de los padres:
Jacob encuentra su verdadero hogar. (Génesis 32:22-32)
A primera vista, la historia de Jacob podría describirse como una vida insumisa, desconfiada y desobediente a Dios; llena de engaños, rencillas, enemistades, venganzas y persecuciones. El empeño de hacer las cosas a su manera le propina además dos huidas forzadas: en un primer lugar, de casa de sus padres y, más adelante, de la de sus suegros. Todo esto no es más que el punto y seguido de un patrón disfuncional que está ya impregnado en las generaciones anteriores.
Una mirada más detenida, nos revela que detrás de un Jacob necio está Dios. No es un Dios alejado, desconocedor, ni siquiera entorpecedor de los acontecimientos que se entretejen en el hilo de esta historia. Es, sobre todo, el Dios que promete bendición y que cumple Sus promesas (Gn. 28:13).
Jacob (así como sus familiares) planea en su propia sabiduría y responde con actitudes que distan de ser conciliadoras o que reflejen el carácter de Dios. Sin embargo, Dios reconduce estas actitudes y circunstancias para lograr Sus propósitos.
Jacob inicia su vida luchando ya dentro del vientre de su madre, pero más adelante su lucha es con Dios para recibir Su bendición y así establecer su lealtad a Él. Jacob usurpa los derechos de su hermano mayor, pero más adelante le compensa abundantemente con incontables regalos. Jacob se somete a Dios con condiciones, pero más adelante su rendición es voluntaria y reconoce la inmensa bondad de Dios sobre su vida. Jacob no encaja ni en la casa de sus padres, ni en la casa de sus suegros, pero más adelante su regreso es triunfante porque ha experimentado el perdón, la reconciliación y la restauración. En su viaje, ha descubierto que su verdadero hogar está en el corazón de su Padre celestial.
Si bien, el relato de Jacob nos puede dejar, en un primer momento, un amargo sabor de boca, vemos que, aun siendo que los desajustes pasan factura, no determinan ni nuestra identidad ni nuestro futuro. Tenemos esperanza ante lo nuevo, siendo que, cuando vemos a Dios cara a cara, encontramos nuestro verdadero hogar.
Edith Vilamajó
Acción de gracias:
-Agradecemos Señor que dieras estabilidad a nuestra vida , en el momento que estábamos huyendo descontrolados.
-Gracias por reconducir nuestras pisadas y poner en nuestro corazón la ubicación del hogar de nuestro Padre Celestial.
-Gracias, Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, por tu inmensa bondad a la hora de determinar nuestro futuro esperanzador.
Confesión:
-Nos arrepentimos delante de ti, por los momentos en que luchamos contra ti y nuestro “yo” quiere oponerse a tus planes.
-Reconocemos nuestra tendencia a lograr objetivos correctos, pero utilizando recursos que no son de ti.
Peticiones:
-Que nuestro peregrinaje sea ejemplar anhelando la tierra prometida por Dios a través de Jesús.
-Pedimos, Oh Dios, que las amarguras no tengan un hueco mayor en nuestro corazón, que la esperanza que nos diste.
-Queremos descansar en tus propósitos y planes, Señor.
Escritura
Acerca de este Plan
Devocional de 8 días que nos hablan de nuestra identidad y destino. Este plan sirve de guía para la Semana Universal de Oración (SUO) 2020. Autores: Samuel Alonso, Timoteo Glasscock, Oscar Pérez, Oliver Py, Rosa Barrachina, Edith Vilamajó, Manuel Diaz e Israel Montes; diseñado y supervisado por José Hutter e Israel Montes, presidentes de los Grupos de Teología y Oración de la AEE respectivamente.
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Nos gustaría agradecer a Israel Montes por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.aeesp.net/eventos/suo2020/