CAMINO A CASA: ¿A DÓNDE PERTENEZCO?Muestra
1.- De la pocilga a la casa del padre:
La historia de un hombre que se perdió en la vida (Lucas 15:11-32)
A este joven le pasó como a nosotros antes; comenzó un viaje sin destino.
En la primera parte, vemos a un joven con el cual nos identificamos antes de conocer al Señor. Queriendo ser feliz por sus propios medios, el orgullo al máximo nivel, ciego, roto, sin relación con su padre.
Después nos topamos con el joven en medio de la pocilga, en medio de la suciedad de su desobediencia, como cuando nosotros caminamos a espaldas de Dios, carcomidos por toda la suciedad.
Pero el joven es consciente de lo que ha perdido. Lo mismo que lo que la humanidad perdió por el pecado de Adán: la comunión con su Padre. Dándose cuenta de que ese no es su lugar, sabiendo que en esa pocilga su vida tiene un fin y que ese fin es la muerte. Este joven, consciente ahora de su realidad, quiere volver a su padre, donde sabe que allí será completo.
Pero, ¡qué gran sorpresa se lleva! Cuando pide perdón por haber pecado y su padre que es rico en misericordia, no sólo le perdona, sino que lo vuelve a reconocer como su hijo amado, le pone el mejor vestido, un anillo en su mano, sandalias en sus pies, le viste de gloria y hace una gran fiesta.
Nosotros éramos ese joven en la pocilga. Por la gracia de Dios, por los méritos de Cristo y por obra del Espíritu Santo, nuestro corazón vio la necesidad de pedir perdón a nuestro Dios y, lejos de rechazarnos, nos perdonó por su gran misericordia, cambió nuestras vestiduras y hoy nos ve como sus hijos. Nos hace partícipes de su promesa y, en este peregrinaje, nos tiene preparada morada en el cielo. Ese lugar al que no solo nos dirigimos, sino al que también pertenecemos.
Cada paso es un paso más cerca para llegar a casa. Gracias a Dios.
Cuando nos pregunten, ¿a dónde vais? Podremos decir: Vamos a la casa de nuestro Padre. ¡Ahora sí sabemos a donde vamos! Y en nuestra mente resuenan las palabras de Pablo: “estando convencido precisamente de esto: que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús.” Filipenses 1,6
Samuel Alonso
Acción de gracias:
-Gracias, Padre, por darnos un destino, restaurar la comunión con nosotros y otorgar sentido a nuestro viaje.
-Agradecemos pertenecer a la casa celestial por la gracia y los méritos de Cristo.
-Gracias por sacarnos del lodo , perfeccionarnos mientras andamos y darnos la esperanza de llegar a la meta.
Confesión:
-Confesamos que hay veces en que dejamos que el barro manche nuestros ojos puestos en Jesús.
-Perdónanos por no ser valientes, en ocasiones, y no declarar a los que nos rodean hacia dónde vamos y el por qué de ello.
Peticiones:
-Pedimos que nos sigas perfeccionando para disfrutar cada vez más del día en que lleguemos a la casa del Padre.
-Que en las luchas en nuestro caminar mengüe nuestro “yo” y la vida de orgullo que teníamos. Que no dejemos de valorar de dónde nos sacaste.
-Rogamos que nuestra comunión contigo crezca. Y así fortalecer nuestras pisadas y poder glorificarte con excelencia.
Escritura
Acerca de este Plan
Devocional de 8 días que nos hablan de nuestra identidad y destino. Este plan sirve de guía para la Semana Universal de Oración (SUO) 2020. Autores: Samuel Alonso, Timoteo Glasscock, Oscar Pérez, Oliver Py, Rosa Barrachina, Edith Vilamajó, Manuel Diaz e Israel Montes; diseñado y supervisado por José Hutter e Israel Montes, presidentes de los Grupos de Teología y Oración de la AEE respectivamente.
More
Nos gustaría agradecer a Israel Montes por proporcionar este plan. Para mayor información por favor visite: http://www.aeesp.net/eventos/suo2020/