7 días para llegar a ser una persona más generosaMuestra
Generosos con nuestro ánimo.
Las palabras amables pueden ser cortas y fáciles de decir, pero sus ecos son verdaderamente interminables. — Madre Teresa
Las palabras tienen poder. Aunque no nos dañen físicamente, definitivamente pueden dañar nuestros espíritus. ¿Y si elegimos ser portadores de luz en este mundo que parece estar sobrado de desánimo? ¿Qué pasaría si pasáramos nuestros días buscando ser transmisores de coraje para iluminar la vida de alguien más? Así pues, asegurémonos de que nuestras palabras y acciones animan a la gente en lugar de derribarla.
Aquí hay algunas formas en las que podemos depositar bondad en el día de una persona:
Si tienes un pensamiento amable, dilo.
Esta es probablemente una de las cosas más difíciles de hacer para las personas. Ya sea porque no pensamos consistentemente en cosas agradables sobre la gente o porque tenemos miedo de cómo responderá alguien. ¿Dirán “gracias” o desecharán nuestra amabilidad porque les hace sentir incómodos cuando se les felicita o anima? No podemos permitir que ninguna de las dos cosas nos disuada de ser obedientes al impulso del Espíritu Santo. Si nos vemos impulsados a animar a alguien con nuestras palabras, hagámoslo.
Si ves una necesidad que puedes satisfacer, hazlo.
Vemos gente necesitada todos los días. Podría ser la madre con un niño gritando en el supermercado que dejó su cartera en casa y no puede pagar sus compras. Si tenemos los medios financieros, ayudémosla. Tal vez es el hombre mayor que no puede recoger algo o abrir una puerta. Lo más probable es que podamos ayudarle. Las necesidades no tienen por qué ser enormes para marcar la diferencia en la vida de alguien. Podemos ser una fuente de aliento en el más pequeño de los actos.
Si ves una carga, ora por ella.
La mayoría de nosotros desearía orar más por otras personas. Pero no lo hacemos. Decimos, “oraré por ti” y luego no lo hacemos y terminamos sintiéndonos mal por no haberlo hecho. En lugar de decir por qué oraremos, oremos de verdad. Podríamos incluso orar en ese mismo momento... ¡en público! No tenemos ni idea de lo que ese tipo de acción hará por alguien. O podríamos orar en silencio y luego enviar un texto de seguimiento diciendo, “¡He orado por ti hoy!”
Que tengamos ojos para ver las oportunidades y formas de impactar a alguien hoy y todos los días. Todas están a nuestro alrededor.
Reflexiona
- ¿Es fácil para ti animar a los demás? ¿Por qué?
- De las tres sugerencias anteriores, ¿cuál de ellas comenzarás a incorporar cada día para fortalecer a alguien?
- Antes de terminar el día, anima a alguien.
Acerca de este Plan
Vivir una vida generosa no es acerca de los actos que realizamos—es un corazón que le permite a Dios cultivarse dentro de nosotros. Es un viaje del corazón y ver cada cosa que tenemos como un regalo de Dios. En este plan de la Biblia descubriremos que vivir generosamente va más allá de nuestras finanzas personales—es un estilo de vida centrado en los demás.
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