Creyendo por Milagros - Milagros en HechosMuestra

El Ángel del Señor se les apareció y les animó a "ir puestos en pie". No se refería a ir escondidos, ni avergonzados, ni como delincuentes. Ni siquiera llenos de una experiencia interior que debía ser guardada sólo para ellos mismos, sin comunicarlo a los demás. Dios es luz, y a la luz le encanta que las cosas se vean bien, claras y diáfanas. El Ángel le dijo que anunciaran todas “las palabras de esta vida”. Se trataba de las palabras de su vida, no de lo que otros experimentaron, o de lo que otros habían vivido, ni de lo que alguien les dijo que dijeran. Eran las palabras del mismísimo Dios explicadas a través de sus propias vidas. Algunos “dudaban en qué vendría a parar aquello”. No entendían que estaban delante de unas personas que, con las “palabras de esta vida”, cambiarían a todo un mundo y que, atravesando los siglos, llegarían al mundo de nuestros días. Dios envía a sus ángeles para que su iglesia pueda llevar a cabo su cometido: la proclamación de las palabras de una vida que ni las prisiones más cerradas jamás podrán hacer callar.

- ¿De qué habla tu vida?
- ¿Qué prisión debe abrir hoy Dios en ti para que lleves a cabo tu misión?
- Gracias Dios porque para ti no hay barreras que te limiten. Abre la puerta de nuestro corazón para que proclamemos el mensaje de vida con total libertad.