Creyendo por Milagros - Milagros en HechosMuestra

La gente estaba escuchando con mucha atención las cosas que decía Felipe y los milagros que él hacía. Cuando nuestros actos van acorde a nuestras palabras, las personas se interesan por lo que decimos. Y si lo que decimos es conforme a la Palabra de Dios y nuestros actos van acompañados de su poder, es cuando nos transformamos en agentes que llevamos a cabo su voluntad: “dar libertad a los cautivos, vista a los ciegos, poner en libertad a los oprimidos”. Entonces y sólo entonces, es cuando el milagro se producirá. No es en nuestras fuerzas, ni para nuestra vanagloria, es para que “viendo nuestras buenas obras, glorifiquen a nuestro Padre que está en el Cielo”. Bajemos pues a nuestra Samaria, prediquemos a Cristo y dejémonos usar por él. Hablemos de sus grandes obras, en el poder del Espíritu Santo. Entonces, que la gente nos escuche y vea atentamente sólo será la consecuencia lógica de ver vidas auténticas que hablan y obran de una misma manera, dando la gloria a aquel que la merece por siempre. Llevemos siempre con nosotros el Evangelio eterno proclamado en el poder del Espíritu Santo, manifestándose a través de las señales y milagros de nuestra propia vida.

- ¿Somos conscientes de que la gente está escuchando atentamente nuestras vidas? El correcto enfoque y nuestra coherencia traerán el milagro de parte de Dios.
- Dios mío, si las personas están escuchando mi vida, hazme ser cada minuto más como tú, para poder llevar a cabo tu obra de liberación, usando mi propia vida como canal de bendición para otros.