Escuchando a DiosMuestra

Los sellos del mensaje de Dios para nosotros

Jesús dijo acerca de aquellos que lo siguen:

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. (Juan 10:27-29 RVR1960)

¡Qué gran declaración de esperanza y confort es esto para nosotros! Podemos conocer la voz del Señor. Mientras seguimos Su voz y hacemos lo que Él dice, nunca pereceremos, ni seremos arrebatados de Su mano.

“Pero,” podrías decir, “¿cómo puedo asegurarme de que la voz que estoy escuchando es verdaderamente la voz de Dios?” Hay cinco sellos distintivos de los mensajes de Dios para nosotros. Son un medio para determinar si la voz que estamos escuchando es verdaderamente la voz de Dios. Si tienes una pregunta acerca de si un mensaje es de Dios, alínealo con estos criterios:

1. El mensaje debe ser consistente con la Palabra de Dios, la Biblia. Dios nunca nos dirá que participemos en alguna actividad que sea incompatible con las Sagradas Escrituras.

2. El mensaje estará usualmente en conflicto con la corriente convencional de sabiduría. Debemos reconocer que casi todo el mundo se está moviendo a una dirección lejana de lo que la Palabra de Dios dice ser cierto. En la mayoría de los casos, el mensaje de Dios contrasta fuertemente con lo que el mundo a nuestro alrededor tiene que decir acerca de un asunto. Pero cuando Dios te habla, te llama a Su manera de pensar y ver. En el Nuevo testamento, la mentalidad es llamada la “mente de Cristo.” Pregúntate, ¿Jesús haría esto? Si no, no lo hagas.

3. El mensaje chocará con la gratificación carnal y los deseos humanos básicos. Debemos reconocer inmediatamente que ningún consejo es de Dios si nos urge gratificar la carne, sin pensar en las consecuencias. Dios nos da mensajes que satisfacen el Espíritu de Dios en nosotros, no nuestras lujurias y deseos pecaminosos.

4. El mensaje retará la fe de uno a levantarse a un nuevo nivel. Una “medida de fe” ha sido dada a cada persona, y nuestra fe es para crecer. Crecemos en fe cuando escuchamos de Dios, obedecemos lo que Él dice que hagamos, y luego reconocemos la fidelidad de Dios a Su Palabra en nuestras vidas. 

5. El mensaje pedirá valentía personal para hacer lo que Dios ha dicho o cambiar lo que Él ha mandado cambiar. Si se te ha pedido moverte de la sabiduría humana convencional y actuar en contradicción con tu naturaleza carnal, vas a sentirte como si estuvieras tomando un riesgo en obedecer el mensaje de Dios para ti. Cada vez que tomas un riesgo para propósitos de Dios, necesitarás valentía. Y el Señor nos dice que, si tenemos valentía, Él fortalecerá nuestros corazones (Salmos 31:24). Su voz nos conduce no a un dicipulado cobarde, sino a un testimonio audaz (1 Cor. 16:13-14). 

Toma tiempo para asegurarte de que verdaderamente has escuchado de Dios en un asunto y de que hayas escuchado clara y precisamente. Sobre todo, asegúrate de que Él ha terminado con todo lo que te tiene que decir antes de apresurarte a obedecerle. Asegúrate de tener todas las instrucciones, garantías, percepciones y detalles que Él desea darte. Luego, somete todo el mensaje de Dios a todos los puntos discutidos en esta lección.