Escuchando a DiosMuestra

Nuestra predisposición para escuchar

Lo que escuchas de Dios es determinado en parte por la actitud que tienes en cualquier conversación con Él. Nuestra mentalidad hacia una conversación con Dios es afectada por estas cosas.

.Nuestra relación previa con Dios — Cada uno de nosotros tiene una historia con Dios que comenzó aún antes del nacimiento (Jer. 1:5). Él nos ordenó estar en la tierra y tiene un plan y propósito para nosotros, aún cuando no podamos haberlos reconocidos. Sin embargo, hasta que una persona no haya recibido a Jesucristo como su Salvador personal por fe, no será capaz de escuchar a Dios en otro tema que no sea la salvación. Si tienes problemas para escuchar a Dios, es posible que tengas que reevaluar tu relación con Él. Él no está motivado a hablarnos a ninguno basado en nuestras buenas acciones o necesidades, está motivado a hablarnos porque tiene una relación con nosotros.

.Nuestra comprensión acerca de Dios— Lo que escuchamos es afectado por nuestra comprensión de quién es Dios. Por ejemplo, ¿ves a Dios como un Padre amoroso o exigente? ¿Un amigo íntimo o distante? ¿Un maestro paciente o intolerante? ¿Un guía gentil o enojado? ¿Un proveedor generoso o renuente? ¿Lo ves como comprensivo o insensible? Si luchas para percibir a Dios amoroso, paciente, gentil, generoso o comprensivo, eso teñirá qué escuchas de Dios y cómo lo haces.

.Nuestra actitud hacia Dios — A medida que nos acercamos a Dios, debemos estar sujetos a Él y a su voluntad para nuestras vidas (Santiago 4:7). Debemos confiar en que hará solo lo que es mejor y correcto para nosotros y debemos ir ante Él con un corazón agradecido por lo que ha hecho y continuará haciendo por cada uno de nosotros.

Estar en una relación con el Padre, entender quién es Él y acercarnos a Él con humildad y reverencia nos ubica en la posición correcta, no solo para activamente escuchar lo que tiene que decirnos, sino también para aplicar Su verdad a nuestras vidas.