Escuchando a DiosMuestra
Sentado en la presencia de Dios
Mientras nos enfocamos en la lección final de hoy, queremos poner juntos la mayoría de los conceptos que hemos cubierto en lecciones anteriores e ir a través del tiempo escuchando de Dios paso a paso. Este proceso es llamado meditación o, como me gusta llamarlo, sentado ante el Señor.
Hay cinco pasos básicos en este proceso:
1. Apartar tiempo — La meditación requiere un compromiso de tiempo. Te animo a pensar en esto como una temporada de tiempo. El periodo exacto de tiempo estará determinado por tu propósito y tu estado de ánimo al presentarte ante el Señor. Tu meta es tener una mente comprometida a escuchar del Señor, no una mente que esté cerrada, nublada, o desordenada.
2. Quedarse quieto ante el Señor — Fija tus pensamientos ante el Señor. La verdadera quietud ante el Padre implica una sensación de relajación y total tranquilidad en su presencia.
3. Recordando la bondad de Dios — Mientras pasas tiempo en la quietud del corazón ante el Señor, medita en la bondad de Dios. Revisa tu pasado, recordando todos los momentos en cuales Él te ha protegido, proveído, bendecido, y cuidado de ti. Reflexiona sobre el Señor mismo: Su grandeza, gracia, y bondad. Recuerda todas las promesas hechas en Su Palabra para todos quienes creen y confíen en Él.
4. Haciendo una petición — Cuanto más significativo es hacer una petición al Señor después de haber entrado en su presencia con una mente y un corazón comprometido, habiendo removido los obstáculos del pecado o el falso entendimiento que podría mantenernos escuchándolo claramente. Declara tu petición tan simple como sea posible, y llega al corazón mismo de lo que quieres que haga el Señor, en, y a través de ti.
5. Sometiendo nuestra voluntad a la voluntad de Dios Respuesta — Mientras haces tu petición, sé consiente de cualquier orgullo en tu corazón, pidiéndole a Dios que lo remueva. Sé consiente de cualquier duda o incredulidad en la habilidad de Dios o decisión de responder tu petición. Sé consiente de las respuestas que probablemente rechazarás incluso antes de que Dios hable. Pídele que te ayude en tu Fe, orando para que te mantenga con la mente abierta, clara, y despejada. Luego, siéntate ante Él y espera su respuesta para ti.
Cuando nos sentamos ante el Señor, meditando en su verdad revelada a nosotros, miramos las cosas desde una perspectiva diferente. Las cosas que una vez ocuparon nuestras mentes pierden su sujeción. Nuevas cosas despiertan dentro de nosotros. Nos sentimos más fuertes y capaces de afrontar la vida. El Salmo 36:9 afirma, “En Tu luz podemos ver la luz.” Hay algo en el hecho de que Dios derrama Su luz sobre un tema que nos hace ver su verdad claramente.
El apóstol Pablo oró para que a los Efesios se les pudiera dar un "espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de Él" (Ef. 1:17). El oró para que los ojos de sus corazones fueran iluminados para que pudieran conocer la esperanza de su llamado, la riqueza de la gloria de su herencia, y la suprema grandeza de su poder hacia ellos (Ef. 1:18).
¡Qué cosa tan maravillosa de experimentar! Nada nos parecerá imposible si buscamos al Señor en oración, esperando, escuchando activamente lo que Él nos hable. Cuando lo hagamos, saldremos del tiempo que pasamos con Él con esperanza renovada, con conciencia de todo lo que Él tiene para nosotros, y la seguridad de que Él puede y actuará con poder para llevar acabo todo lo que ha dicho.
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Escritura
Acerca de este Plan
¿Dios nos sigue hablando hoy? Y si es así, ¿cómo distinguimos su voz entre los engaños y distorsiones del enemigo? Únete al Dr. Charles Stanley mientras te ayuda a identificar la voz de Dios, escuchando activamente su guía y separando la verdad de los mensajes falsos destinados a engañar. Descubre tu papel clave en la práctica de la oración y escuchando la voz de Dios.
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