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Marcos 16; Lucas 24 | Resucitado

Bienvenidos. Hoy, nuestra lectura es importante. Nos quedamos en la cruz. El cuerpo de Jesús fue confirmado muerto, envuelto en lino y colocado en una tumba. Una piedra grande fue puesta en frente y un guardia romano colocado en sitio para asegurarla. Pasó un día. Y luego otro. Los judíos descansaron el sábado y comenzamos el domingo por la mañana temprano. 

Marcos 16 inicia justo después del amanecer. Varias de las mujeres llevan especies a la tumba para honrar al difunto. Y se preguntan: ¿cómo moveremos la piedra? Versos 4-7:

«Pero al fijarse bien, se dieron cuenta de que estaba corrida. Al entrar al sepulcro, vieron a un joven vestido con un manto blanco, sentado a la derecha, y se asustaron. No se asusten, les dijo. Ustedes buscan a Jesús el nazareno, el que fue crucificado. ¡ Ha resucitado! No está aquí. Miren el lugar donde lo pusieron. Pero vayan a decirles a los discípulos, y a Pedro: "Él va delante de ustedes a Galilea. Allí lo veran tal como les dijo."

El verso 8 nos dice que las mujeres estaban «temblorosas y desconcertadas». ¡De verdad! Ellas estaban esperando ver un cuerpo muerto y se encuentran con un ángel vivo! Y les dice que vayan a los discípulos. ¿Qué significa todo esto? 

¿Era esto una sorpresa? Observa la última frase del verso 7: «tal como les dijo». Jesús habló acerca de esto. Él les dijo a los discípulos que tenía que morir y que ¡resucitaría! Pero algunas veces no oímos la dura verdad. Recuerda como Pedro trató de detener a Jesús. No lo entendían. Así que, ¿por qué Jesús tenía quemorir?

La historia de la resurrección es reseñada en los cuatro Evangelios, y cada uno de los autores comparte una parte diferente del día. Vayamos a Lucas para ayudarnos a responder esa pregunta. Lucas 24:13-17:

«Aquel mismo día dos de ellos se dirigían a un pueblo llamado Emaús, a unos once kilómetros de Jerusalén. Iban conversando sobre todo lo que había acontecido. Sucedió que mientras hablaban, y discutían, Jesús mismo se acercó, y comenzó a caminar con ellos; pero no lo reconocieron pues sus ojos estaban velados. ¿Qué vienen discutiendo por el camino? les preguntó.»

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La historia que sigue es maravillosa. Dos discípulos caminan juntos, tristes y angustiados por la muerte de Jesús. Simplemente no pueden entenderlo. Un extraño se les une y les pregunta de qué están hablando. Uno le responde que acerca de Jesús: «un profeta, poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo.» Fue crucificado. Murió. El verso 21 nos dice, 

«Pero nosotros».

abrigábamos la esperanza de que era él quien…

Esperábamos. Pero también le cuentan las noticias que recibieron de algunas de las mujeres que fueron a la tumba. Ahora no saben qué pensar. ¡Y todo este tiempo, no saben que están hablando con Jesús! En los versos 25-27:

«¡Qué torpes son ustedes, les dijo, y que tardos de corazón para creer todo lo que han dicho los profetas! ¿acaso no tenía que sufrir el Cristo estas cosas antes de entrar en su gloria? Entonces comenzando por Moisés y por todos los profetas, les explicaba lo que se refería a él en todas las escrituras. de él decían.

Esto es hermoso. Jesús entrega el mensaje de toda una vida, y teje toda la Biblia para mostrarles que siempre todo estuvo dirigido a la cruz y la resurrección. El Mesías tenía que morir. ¿Por qué?

La pregunta nos lleva de vuelta al corazón del asunto: El amor. Dios nos ama. 

«En esto hemos conocido el amor, en que él entregó su vida por nosotros».(1 Juan 3:16). 

Jesús tuvo que morir porque nos ama. Murió para que nosotros fuésemos perdonados. Romanos lo explica de esta forma:

«La paga del pecado es muerte» (Romanos 6:23). 

Esto Significa que todos nuestros pecados contra Dios merecen la muerte. Él nos dio vida, abusamos de ella y la usamos mal, y el castigo justo es la muerte. Pero Dios nos ama. Nos ama tanto que dio a Su único Hijo para que ocupara nuestro lugar en la cruz. Jesús, quien nunca pecó, tomó todos nuestros pecados, pagó el precio completamente y murió en nuestro lugar.  

Pero la muerte no era el final. Jesús vino a conquistar la muerte. Y Dios lo levantó a la vida. Y el poder que levantó a Jesús de la muerte es el mismo poder que nos levanta a nosotros. Jesús nos hace nuevos. Lo viejo quedó atrás, lo nuevo está presente. 

Y considera el momento. Jesús murió por nosotrosmientras nosotros eramos pecadores(Romanos 5:8). No esperó a que nosotros fuésemos buenos. Nos amó siendo lo peor de nosotros mismos cuando éramos Sus enemigos. Ese es un amor bien serio. 

Este, este sacrificio fenomenal, este inimaginable amor cambia todo. Esto es esperanza. Esperanza para todos. Este amor transforma a las personas. Esas personas de las que te hablé, quienes aman con sacrificio, no siempre fueron así. Pero el amor que llevó a Jesús a la cruz y el poder que lo levantó de la muerte están vivos y activos hoy día. Cuando se apoderan de una vida, es algo para tener en cuenta. 

¿Cómo vivimos eso hoy día? Lee Lucas 24 y nos encontremos de nuevo aquí para el libro de Colosenses. 

Para la reflexión y discusión

• ¿Por qué Jesús tuvo que morir en la cruz?
• Romanos 5:8 dice que «Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros». ¿Qué significa ese amor para ti?
• Romanos 8:11 dice que el mismo Espíritu que levantó a Jesús de los muertos también te dará nueva vida. ¿Has visto evidencia de esto en tu vida?