Viajando con Jesús - Devocional de Cuaresma de 40 díasMuestra

El buen Pedro. Era un amigo tan fiel. Estaba lleno de entusiasmo y brío por el reino de Dios. Nunca hubiera imaginado que le daría la espalda a su más cercano amigo y maestro, Jesús. Pedro no aceptaba su inminente negación. 

En Mateo 26: 33 leemos las palabras de Pedro: aunque todos te abandonen, yo jamás lo haré.

Él está muy seguro de sí mismo y de su lealtad. 

Ahí es donde está el problema. Pedro estaba, quizá, dependiendo de su propia habilidad de mantenerse firme en medio de la presión.

Trae a la mente la advertencia de 1 Corintios donde la Escritura predice esta falacia de seguridad en sí mismo: si alguien piensa que está firme, tenga cuidado de no caer. 

¿Qué hubiera pasado si en vez de responder a la profecía de Jesús sobre su negación diciendo: “¿Yo? ¡De ninguna manera!, Pedro se hubiera humillado diciendo: “¿Yo? ¿De verdad?" Muéstrame cómo ser fuerte porque en mí mismo soy muy, pero muy débil”?

La vulnerabilidad ante Dios es un lugar seguro. Es el primer paso para crecer en fe. 

Aplicación

¿Soy a veces pomposo en mi fe asumiendo que nunca caeré? ¿Estoy dispuesto a ser vulnerable ante Dios y pedirle fuerza sobrenatural en mi camino de fe porque por mí mismo nunca lo lograré?

Inclínate

Padre, no quiero una vida que no dependa de Ti. En Ti vivo, me muevo y está todo mi ser. No puedo estar firme si no estoy en la Roca que es más alta que yo. Gracias por ser mi Roca. Amén