Principios de vidaMuestra

El principio de sembrar y cosechar

Principio de vida 6: Cosechas lo que siembras, más de lo que siembras y mucho después de haber sembrado.

El hoy es el padre del mañana.

Lo que somos hoy es el resultado de lo que hemos estado pensando y la forma en la que hemos vivido en el pasado. Aquellos que actúan sabiamente hoy tendrán sabiduría en el futuro para tomar decisiones sabias. Lo mismo es verdadero cuando se trata del tema de las finanzas. Aquellos que ahorran sabiamente hoy tendrán plenitud mañana. Aquellos que gastan todo lo que tienen hoy tendrán poco o nada en el futuro. Es un miope el que sólo piensa en el ahora, haciendo lo menos posible, pues en el día de cobro no tendrá forma de evitar la mala calidad y escasa cantidad de sus recompensas. La nación de Israel tuvo que aprender esto de una manera muy personal. Su rebeldía y su fracaso en hacer lo que Dios les ordenó que hicieran, a menudo los colocó en una posición en la que no tendrían Sus bendiciones.

El Señor da principios en las Escrituras que sirven como advertencias y como estímulo. En Gálatas 6:7, Su Palabra establece: “No os engañéis: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra”. Cada agricultor comprende el significado de este principio: Cosechamos lo que sembramos, más de lo que sembramos, y mucho después de haber sembrado.

El hecho de que cosechamos lo que sembramos es una buena noticia para aquellos que siembran buenos hábitos, pero un pensamiento aterrador para aquellos que actualmente están involucrados en actividades impías como la promiscuidad, el abuso de drogas y alcohol, el descuido de la familia, o el maltrato de los demás con el fin de subir la escalera del éxito. No podemos sembrar cizaña y esperar cosechar piñas. No podemos sembrar desobediencia a Dios y esperar cosechar Su bendición. Lo que sembramos, cosechamos. No nos engañemos: Recogeremos la cosecha de nuestras vidas.

Este mismo principio es un pensamiento confortante y afirmante para aquellos que fielmente trabajan bajo circunstancias difíciles. “Porque todo lo que el hombre siembra, eso también cosechará”. La fidelidad en tales situaciones producirá una rica cosecha en el futuro, porque nuestro Padre celestial siempre mantiene Sus promesas.