Ayuna como DanielMuestra
Detractores
Daniel se enfrentó a algunos serios detractores. Eran celosos, ambiciosos y mortales. La oposición seguramente luce muy diferente para ti que para Daniel. Tu jefe gruñón, tus compañeros de trabajo mal hablados, los supuestos amigos chismosos, los compañeros de estudios motivados por la popularidad, o las preocupaciones financieras pueden parecer un poco más fáciles a la luz de los enemigos que quieren matar a Daniel. Pero aun así, la oposición tiene una forma de acercarnos a Dios, en esos momentos de tribulación encontramos natural el acercarnos a Él para pedir ayuda contra la injusticia.
Pero hay algo que tal vez no hayas pensado: nada te pone a prueba mejor que el éxito. Cuando estamos luchando, se nos hace fácil buscar a Dios porque necesitamos ayuda seria. ¡LO ANTES POSIBLE!
Pero espera a que tengas un poco de éxito. ¿Adivina quién sale del cajón? Los detractores y el diablo. Me gusta decirlo de esta forma: a medida que vas alcanzando nuevos niveles, vas obteniendo nuevos demonios. Hay enemigos en la vida, y está el enemigo de todos los enemigos, el diablo. No es popular creer en un diablo real en este momento, pero, aunque él no está corriendo por ahí con un traje rojo y un tridente, el que la Biblia llama “el enemigo de nuestras almas” y “el acusador” es bastante real. Él es el enemigo original, y es de la vieja escuela. ¡Él quiere matarte!
Quiere hundirte y apartarte de la vida que Dios tiene para ti. Usará a otras personas, pero conoce bastante bien la naturaleza humana. Sabe que cuando probamos un poco de éxito, podemos volvernos orgullosos. Nos observa cuidadosamente cuando somos ascendidos o cuando logramos algo, y espera la oportunidad de tornar algo bueno en contra nuestra—ayudándonos a que se nos suba a la cabeza.
Daniel había alcanzado niveles altos, y ahora enfrentaba la oposición de algunos de los principales líderes de Persia. Pero Él lo manejó como hizo con todo lo demás: buscó a Dios.
Así que, ¿cómo manejarás a tus detractores?
La única manera de combatirlos es yendo a Aquel que es amor, y la única manera de manejar tus éxitos es la misma que tus problemas—de rodillas en oración humilde. Así es como Daniel manejó a sus detractores, y así es como debemos manejarlos aún hoy en día. Cuando ayunamos como Daniel, confiamos en que Dios manejará a nuestros enemigos, y dejamos que nuestro Dios Todopoderoso maneje al diablo.
Escritura
Acerca de este Plan
¡No me gusta el ayuno! Seamos honestos; no hay nada divertido acerca de negarte las comidas que te gustan y el estilo de vida cómodo que llevas. Puede que no me guste el ayuno, pero amo los resultados. ¡El Ayuno de Daniel ha CAMBIADO MI VIDA! Si te comprometes con el ayuno y sigues este Plan, cambiará la tuya también. Hagamos espacio para Dios en este increíble viaje mientras ayunamos como Daniel.
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