En el principio: Un estudio en Génesis 27-36نموونە

¿Cómo es la visita del Cielo a la Tierra?

En los primeros capítulos del Génesis, vimos que el Cielo y la Tierra estaban juntos. El Jardín del Edén, que significa Jardín de las Delicias, era el punto de conexión entre el reino espiritual invisible del Cielo y el reino físico visible de la Tierra. Allí, Dios se reunió con Adán y Eva y los ángeles se unieron a ellos.

Cuando Adán y Eva pecaron, los seres humanos fueron expulsados del Edén y ya no tuvieron acceso al punto de conexión entre el Cielo y la Tierra. En ocasiones, Dios trajo el Cielo a la Tierra. Algunos ejemplos son el Tabernáculo, el Templo y, por supuesto, el cuerpo de Jesucristo. En Génesis 28, la escalera de Jacob es descrita como la forma en que Dios envió a los ángeles a llevar el Cielo a la Tierra, es curioso que este sea el mismo lugar donde el templo sería construido posteriormente, ya que esta ubicación se llama Betel, que significa "casa de Dios".

En este punto del Génesis, las promesas del pacto se han aplicado desde Abraham, (quién no fue muy perfecto, pero fue fiel) a su hijo Isaac, (que fue menos perfecto que su padre, pero igualmente fiel que él) y ahora han llegado hasta el engañoso y pecaminoso hijo de Isaac: Jacob, quien robó tanto la primogenitura como la bendición a su hermano mayor Esaú. Jacob, al que le gustaba quedarse en casa, fue expulsado de su hogar por miedo a que su hermano lo asesinara. Está solo por primera vez, posee la bendición del pacto, pero carece de la relación y la fe en Dios que poseían su padre Isaac y su abuelo Abraham.

Génesis da un giro muy importante y dramático cuando Dios se le aparece a Jacob por la noche para bendecirlo prometiéndole un territorio, descendencia y una bendición que será para todas las naciones, es la misma promesa que le hicieron a su abuelo Abraham en Génesis 15. Tras la aparición de Dios, Jacob reconoce a Dios y nombra “Betel” al lugar donde se ha reunido con Él, esta palabra significa "casa de Dios". Sin embargo, es dudoso que Jacob se haya convertido realmente en un auténtico creyente, porque su oración a Dios sigue siendo condicional y, por tanto, carece de fe. Jacob, básicamente, intenta hacer un trato con Dios prometiendo que, si Dios lo bendecía, entonces él lo adoraría.

Desde el punto de vista teológico, el objetivo de esta sección es mostrarnos que, por primera vez en su vida, Jacob ha encontrado a Dios. Posteriormente, es el comienzo de que Jacob no vive bajo la fe de sus padres, sino que, por primera vez, inicia su propia relación con Dios, de modo que el Dios de Abraham e Isaac puede ser conocido también como el Dios de Jacob. Podemos ver que el corazón de Jacob se torna hacia Dios por primera vez cuando este afirma que diezmará a Dios, esta es la primera evidencia de adoración que vemos en Jacob en Génesis, hasta ahora y puede indicar su conversión.

Al igual que Noé y Abraham antes que él, Jacob es también un pecador que no merece la gracia de Dios. Aunque Jacob no muestra ningún interés por Dios, es Dios quien busca a Jacob para establecer una relación de pacto, esto es algo que se repetirá continuamente en la vida de todos los creyentes a lo largo de la historia de la humanidad. De hecho, como Dios declaró en su pacto con Abraham en Génesis 17, se debía responder a su bendición con una fe obediente, Dios no quería que fuese de otra manera, aunque Jacob quisiera que Dios lo bendijera sin que él honrara a Dios.

Pregunta:

¿Qué aprendemos sobre la importancia de que alguien tenga su propia fe y no simplemente viva bajo la fe de sus padres?