Logo de YouVersion
Ícono Búsqueda

Información del Plan

El Milagro de PascuaMuestra

El Milagro de Pascua

DÍA 3 DE 8

MANOS LIMPIAS, PIES SUCIOS


Escrito por Danny Saavedra


“Se acercaba la fiesta de la Pascua. Jesús sabía que le había llegado la hora de abandonar este mundo para volver al Padre. Y habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin . . . Sabía Jesús que el Padre había puesto todas las cosas bajo su dominio, y que había salido de Dios y a él volvía;  así que se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató una toalla a la cintura.  Luego echó agua en un recipiente y comenzó a lavarles los pies a sus discípulos y a secárselos con la toalla que llevaba a la cintura.” —Juan 13: 1, 3-5 (NVI)


“Es un trabajo sucio, ¡pero alguien tiene que hacerlo!” Esta expresión esencialmente describe una acción desagradable pero necesaria, que nadie quiere hacer. ¿Alguna vez has tenido que hacer un trabajo sucio? Cambiar un pañal es un trabajo sucio ¿verdad? ¡Pero realmente alguien tiene que hacerlo! 


Hoy vemos a Jesús haciendo un trabajo asi en Juan 13, se nos dice que justo antes de la cena de Pascua, Jesús lavó los pies de sus discípulos. En esos días, todos usaban sandalias, esencialmente convirtiendo sus pies en imanes para toda inmundicia. El polvo, el barro, la basura y los desechos animales estaban en todas partes e inevitablemente afectaban a todos. Añade a esto también el olor y sudor constante, nos podemos imaginar el trabajo sucio que significaba entonces, el lavarse los pies. 


En aquel tiempo, muchos hogares tenían un criado asignado para lavar los pies de los que entraban a la casa. No necesitamos adivinar que las personas mas bajas en la escala social, eran las que hacían este trabajo. 


Y sin embargo, aquí tenemos a Jesús, el autor de la vida, el Rey de reyes, Dios hecho carne, quien había experimentado el esplendor del cielo, y ahora rebajándose a esa catergoria, lavando los pies sucios de otros. ¡Increíble! 


¿Te imaginas ser uno de estos hombres? Aquel que viste resucitando a los muertos, sanando a los ciegos, caminando sobre el agua, multiplicando panes y peces, e incluso transfigurado en gloria delante de ti, el que crees que es el Cristo, el Hijo del Dios viviente, que este humildemente haciendo el trabajo sucio que nadie quiere hacer. ¡Bueno, Pedro no lo aceptaba! Y el le dice a Jesús: “Señor, ¿vas a lavarme los pies?” (Juan 13: 6 NVI) Y Jesús responde: “Ahora no entiendes lo que estoy haciendo —le respondió Jesús—, pero lo entenderás más tarde.” (Juan 13: 7 NIV). 


El teólogo Joseph Barnes dijo esto sobre lo que Jesús estaba haciendo: “Fue una acción simbólica... una lección de humildad con la intención de enseñarles de tal manera que les fuera imposible olvidarla. Si simplemente les hubiera ordenado que fueran humildes, habría sido mucho menos significante e impresionante que cuando lo vieron personalmente desempeñando el cargo de sirviente.” 


Filipenses 2: 7–8 (NKJV) declara que Jesús “Por el contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de un siervo y haciéndose semejante a los seres humanos. Y, al manifestarse como hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!” Así como Jesús se rebajó al lavar los pies de los discípulos, también se rebajó al morir en la cruz para lavar nuestras almas, que son mucho más sucias que nuestros pies. ¡Fue el último trabajo sucio, y solo Él podía hacerlo! 


2 Corintios 5:21 (NVI) nos dice: “Al que no cometió pecado alguno, por nosotros, Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios.” ¡Y todo esto se hizo porque nos ama! 1 Juan 3:16 (NVI) dice: “En esto conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos.” 


Esta es la respuesta a uno de los misterios más grandes de la vida: 


¡El amor divino con el que Dios nos ama lo llevó a rebajarse hasta el punto de la muerte para redimirnos con Su propia sangre! Jesús se entregó por nosotros. Él dio su vida hermosa, perfecta y sin pecado por todos. Vino “para servir y para dar su vida en rescate por muchos” (Mateo 20:28 NVI). Nos muestra cómo se ve y cómo podemos caminar en Él. Es un sacrificio, un hermoso servicio mutuo. 


Del mismo modo, cuando nos muestra lo que es el amor, nos ordena que “se amen los unos a los otros, como yo los he amado” 


(Juan 15:12 NVI). Él espera que amemos a los demás de manera consistente, desinteresada y sacrificada (Juan 15:13); amar con humildad y servirse unos a otros en amor. Él espera esto de todos aquellos que lo conocen, y que por lo tanto sepan qué es el amor, se laven los pies unos a otros. Entonces, es importante que hoy nos preguntemos: “¿Cómo estoy yo mostrando el amor?”

Escrituras

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

El Milagro de Pascua

Estas invitado a participar en nuestro Plan devocional de Pascua, el cual que te llevará a lo largo de la última semana de la vida de Jesús. Cada día, podras observar dónde estaba Jesús en Su camino hacia la resurrección...

More

Nos gustaría agradecer a Calvary Chapel Ft. Lauderdale por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://CalvaryFTL.org

YouVersion utiliza cookies para personalizar su experiencia. Al usar nuestro sitio web, acepta nuestro uso de cookies como se describe en nuestra Política de privacidad