«Acuérdate de la Palabra de Dios»Sample

«Apóyate en la Palabra de Dios»

Es por ello, que es esencial que todas las decisiones de la vida, las tomes basándote en lo que la Palabra de Dios enseña claramente. Si no tienes Palabra de Dios, ¡no te mueva! Si tienes Palabra de Dios, tendrás de qué asirte en medio de las tormentas.

Cuando llegan las pruebas y sientes la tentación de apoyarte sobre tus sentimientos, puedes recordar a Dios lo que Él ha dicho en su palabra. Puede reclamar esa promesa para ti mismo, asirte a ella y recordar que Dios siempre se acuerda.

Esta era la práctica que David tenía en su vida de oración, David le dice a Dios de qué cosas acordarse y de qué cosas no acordarse. ¡Qué asombroso! David le está diciendo a Dios de qué cosas acordarse. Más aún, le está diciendo de qué cosas no acordarse. Él puede atreverse a ello porque está apoyado sobre la voluntad de Dios, expresada en la Palabra de Dios. La única cosa que Dios promete olvidar es nuestro pecado.  

La misma técnica de oración aparece en el Salmo 74. «Acuérdate de tu congregación…». David le recuerda a Dios que defienda su nombre. «Acuérdate de esto…». Cada vez que podamos recordar a Dios lo que Él mismo ha dicho, nos hallamos sobre suelo firme. La verdad equivalente en el Nuevo Testamento, Juan la expresa en una de sus cartas: «y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él nos oye.»

Nuestra confianza en la oración depende de la voluntad de Dios y la voluntad de Dios está expresada en la Palabra de Dios. Si en nuestras oraciones llevamos la Palabra de Dios nuevamente a Dios, recordando sus promesas, experimentaremos una vida de oraciones contestadas.

Esto, como dijo David, es nuestro consuelo en nuestra aflicción. Las circunstancias no importan. El tipo de personalidad no afecta la situación. Los sentimientos carecen de relevancia. Si Dios lo dijo, entonces ocurrirá, y tenemos todo el derecho de recordárselo. Podemos contar con ello. 

Un misionero amigo mío tiene un hábito maravilloso. Él tiene una Biblia devocional que lee constantemente. Cuando encuentra un pasaje de las Escrituras que Dios usa para hablar a su corazón, él hace una pequeña anotación en el margen de lo que aprendió y escribe la fecha. Tiempo después, cuando llegan los tiempos de aflicción que nunca faltan, él puede referirse confiadamente a un pasaje de la Biblia en el cual puso una anotación.