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Salmo 27. Buscando El Rostro De DiosSample

Salmo 27. Buscando El Rostro De Dios

DAY 1 OF 4

En este espléndido Salmo leeremos, en una plegaria urgente e intensa, cómo David le ruega a Dios que tenga misericordia de él: “Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme”. Descubriremos en su oración cómo él entrelaza su clamor, su petición urgente, con su más anhelado deseo, algo que lo consumía totalmente: “Habitar en la casa del Señor todos los días de su vida” (verso 4).

David, al abrirnos su corazón, nos está testificando: “Tengo una oración, Señor, una petición”. Era su único y más importante objetivo en la vida, su plegaria constante, la pasión que movía su corazón. El sentir de su alma, la única cosa que más deseaba, y esta sola cosa lo consumía por completo.

Nos equivocamos al pensar que David era alguien que huía de vivir en sociedad, es decir, que buscaba estar solo, apartado, evitando el mundo exterior. No, David no era un ermitaño, ni mucho menos buscaba serlo. La Biblia nos muestra un perfil completamente diferente de David. En ella descubrimos que este hombre fue un gran guerrero y estratega militar; también era un salmista o adorador. Grandes multitudes convirtieron sus victorias en himnos de batalla: “Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles” (1 Samuel 18:7).

Ciertamente, David había probado todo lo que un hombre podría desear en esta tierra: fama, poder, riquezas, prestigio, liderazgo y autoridad. Se ganó el favor, el respeto, las alabanzas y la adulación de su pueblo y hasta de sus más temidos adversarios, que lo admiraban a la distancia.

Pero de todas sus cualidades registradas en la Biblia, la que más sobresale es la de adorador, la de salmista. Este término se entiende como alguien que no sólo buscaba desesperadamente la presencia del Señor, sino que le componía canciones entretejidas con gemidos, oraciones, ruegos y danzas, como un niño que busca llamar la atención de su Padre. Los autores de la versión griega de la Biblia atribuyen a David la composición de 82 salmos; por su parte, los autores de la versión hebrea le atribuyen 73. En todo caso, lo cierto es que, para David, el Señor era su pasión, amor y deseo más apremiante.

Al mismo tiempo, así como David fue bendecido en gran manera por el Señor, también estuvo rodeado de enemigos, adversarios y momentos de oscuridad. Sin embargo, mientras lideraba las batallas de Israel, enfrentaba a sus enemigos y lidiaba con tribulaciones familiares o personales, este hombre buscaba ansiosamente las moradas de Dios.

¿Qué tal tú? Siguiendo el ejemplo de David, ¿Cómo podrías buscar la presencia de Dios de manera más intencional en tu vida diaria a pesar de adversidad, la enfermedad o crisis propias de la vida?

¿Estarías dispuesto a esperar en el Señor y mantener la esperanza, incluso cuando no veas una solución inmediata a tus problemas?

David nos recuerda: “Pero de una cosa estoy seguro: He de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes” (verso 13).

Medita en esto.

Day 2

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Salmo 27. Buscando El Rostro De Dios

En este espléndido Salmo, leeremos una plagaría urgente e intensa y cómo David le ruega a Dios que tenga de él misericordia: “Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme”. Descubriremos en su oración como él entrelaza su clamor, su petición urgente con su más anhelado deseo, algo que le consumía totalmente y era: “Habitar en la casa del Señor todos los días de su vida”.

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