La llamada a hacer el bien

La llamada a hacer el bien es la vocación bíblica que la mayoría de nosotros perseguimos actualmente. Muchos de nosotros relacionamos nuestro propósito con una llamada de Dios a arreglar el mundo en el que vivimos, a crear algo que añada valor a la gente, a servir de alguna manera, o a hacer cualquier cosa que nos parezca que hacemos bien. Por otro lado, algunos de nosotros luchamos por encontrar nuestro propósito o vocación.

Cuanto mayor me hago, más me doy cuenta de que la llamada de Dios a hacer el bien consiste simplemente en hacer lo mejor que puedas con lo que Él pone en tus manos en cualquier situación en la que te encuentres. Se trata de ser las manos y los pies de Dios tan a menudo como puedas, reflejando Su bondad y excelencia tanto en los lugares más oscuros como en las partes mundanas y normales de la vida diaria. Para algunos de nosotros, esto puede resultar en niveles de sufrimiento que amenazan la vida. Para otros, se tratará simplemente de mantener nuestra palabra incluso cuando resulte un poco incómodo (¡algo que el Señor me ha recordado esta semana!).

Independientemente de lo que signifique para ti la llamada a hacer el bien, recuerda que es una de las razones por las que fuimos separados y salvados. ¡Somos salvos y llamados a mostrar a otros la bondad de Dios!

1 Pedro 2:9 - Pero ustedes no son así, pues son un pueblo elegido. Ustedes son sacerdotes reales, una nación santa, propiedad de Dios. Por eso pueden mostrar a los demás la bondad de Dios, porque él los llamó de las tinieblas a su luz admirable (LBLA)

Preguntas para la reflexión: ¿Qué significa en mi vida diaria la llamada a hacer el bien? ¿He pedido al Espíritu Santo que refleje su bondad a los demás? ¿He pedido perdón por las veces que no he estado a la altura de la bondad de Dios para con los demás?

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