Santidad - Una llamada a ser como Dios

La santidad es un llamado. Es una llamada a ser mejor, a parecerse más a Dios. Pero es un llamado que muchos de nosotros olvidamos, ignoramos o menospreciamos. Por menospreciar no me refiero a burlarse, sino a minimizar y hacer más pequeño de lo que debería ser.

En el devocional de hoy, he elegido utilizar cuatro versículos, a propósito, para subrayar la importancia de la llamada a la santidad y el significado que se le da en el Nuevo Testamento. Como representantes del reino de Dios, es fundamental que cada uno de nosotros responda a este llamado de inmediato. No porque estemos atados a la Ley o a cualquier norma o reglamento, sino para que, podamos reflejar fielmente el carácter de Dios y ser mejores testigos ante el mundo. Nuestras acciones tienen que estar en consonancia con nuestras palabras y con lo que la Biblia dice realmente sobre la moralidad.

El mundo está cansado de líderes que carecen de carácter moral. Busca personas como nosotros que se levanten y vivan de forma diferente. El mundo busca líderes que sean fáciles de seguir. El mundo (y la Iglesia) necesita líderes que no sólo parezcan vivir vidas santas, sino que realmente vivan vidas santas.

Nuestra vocación no consiste sólo en hacer (ministerio, empresa, servicio), sino también en ser. Estamos llamados a vivir vidas dignas de nuestro llamado y a ser santos como Él es santo.

Efesios 4:1 - Por lo tanto, yo, prisionero por servir al Señor, les ruego que lleven una vida digna de su llamado, porque ustedes han sido llamados por Dios (NLT).

1 Pedro 1:15 -16 - Pero ahora deben ser santos en todo lo que hagan, así como Dios, que los eligió, es santo. Porque las Escrituras dicen: "Ustedes deben ser santos porque yo soy santo" (NLT)

Preguntas para reflexionar: ¿Estoy viviendo una vida digna de mi vocación? ¿Le he pedido al Espíritu Santo que me ayude a vivir una vida de santidad? ¿Refleja mi liderazgo el carácter de Dios?