La edad no es un requisito para DiosSample
Ayer vimos que para servir a Dios no importa la edad que tengas, sin embargo, a veces nos cuesta entenderlo. Es por lo que en esta ocasión te quiero hablar de un grupo grande, pero a la vez pequeño, que en lo personal me ha dejado grandes lecciones.
En Éxodo 2 podemos encontrar la historia de una niña que fue usada por Dios, en este capítulo se menciona a la hermana de Moisés, pero no su nombre. Sin embargo, en Éxodo 15:20 se menciona que Aarón, el hermano mayor de Moisés, tenía una hermana llamada María, y al parecer es la única hermana que tenían.
Al leer Éxodo 2, me doy cuenta de que para realizar cosas de bendición para los demás no importa la edad. Déjame ponerte en contexto, cuando la madre de Moisés ya no pudo ocultarlo más, decidió poner al pequeño Moisés en una canasta y ponerlo en el río. Sin embargo María no dejó al indefenso Moisés solo, sino que lo cuido de lejos, estoy segura de que escuchaba el llanto de su hermanito, pero ella sabía que aún no era momento de actuar.
Cuando vio que la hija del faraón se acercaba a su hermanito, entonces actuó " entonces su hermana dijo a la hija del faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te críe este niño? Y la hija de Faraón respondió: Ve. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño" (Éxodo 2: 7-8).
No puedo imaginar la felicidad que sintió María al darle la noticia a su madre de que iba a poder cuidar al pequeño Moisés, lo que antes había sido tristeza ahora se había vuelto felicidad.
Así como María fue utilizada por Dios para cuidar al gran líder que sería Moisés y cumplir su propósito, así también Dios quiere utilizarte para realizar actividades que sean de gran bendición para su obra y para los demás.
Lo que quiero decirte, es que siempre que estés dispuesto a ayudar a los demás y confiar en Dios, Él te capacitará para saber en qué momento actuar, aun cuando se vea imposible, Él te mostrará su poder "porque nada hay imposible para Dios" (Lucas 1:37).
Amén.
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A menudo la sociedad nos clasifica por nuestra edad, en algunas ocasiones nos hacen sentir inexpertos o demasiados grandes. Sin embargo, para Dios no importa la edad que tengas, para Él solo importa que tengas un corazón dispuesto para servirle.
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