La naturaleza de Dios

Dios es la causa primera. Lo que creemos sobre Dios afecta a todos los ámbitos de la vida. La investigación en el campo de la neurociencia ha demostrado que pasar suficiente tiempo contemplando a Dios cambia físicamente el cerebro. A medida que se activan los circuitos y se establecen nuevas conexiones, el cerebro se vuelve más sensible a los reinos sutiles de la experiencia. En esencia, Dios se vuelve neurológicamente real.

El nivel de compromiso con Dios afecta sin duda nuestra sensación de valor y propósito en la vida y se manifiesta literalmente en nuestra forma de pensar. Pero el simple hecho de creer en Dios no cambia nuestras acciones ni nuestro carácter. Incluso Satanás y los demonios creen en Dios. Las cuestiones más importantes son: ¿Cómo se relaciona Dios con nosotros y cómo nos relacionamos nosotros con Él?

El Dios de la Biblia es personal y ha elegido revelarse a la humanidad. Mucha gente niega Su existencia, pero Dios se nos da a conocer de muchas maneras; las pruebas pueden verse a través del testimonio de la creación, nuestra conciencia innata, la Escritura, la historia, los profetas, las señales, los prodigios, los milagros, la revelación general y la comunidad eclesial redimida. Pero, sea que decidimos reconocerlo o no, la existencia de Dios no depende de que creamos en Él.

¿Podría una sinfonía tan grande como el universo no tener director?(Albert Einstein).

El deseo de Dios es que veamos la plenitud de Su carácter y elijamos amarle a cambio. Las Escrituras nos revelan el carácter de Dios: Él es soberano, tiene un propósito y se relaciona con nosotros. Dios se preocupa por nosotros específica y personalmente. Quiere conocernos y quiere que le conozcamos plenamente.

Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados (Mateo 10:30 NVI).

El objetivo final de Dios es que tengamos comunión con Él, una relación intencional en la que pasemos tiempo con Él y elijamos parecernos más a Él. Él quiere que tengamos un enfoque holístico de nuestra relación con Él. Esto significa someter cada aspecto de nuestras vidas a Dios por nuestro deseo de agradarle. Nuestras preguntas y creencias deben comenzar, no terminar, con Dios porque Él es la primera causa. Él está detrás de todo. Todas las grandes preguntas de la vida conducen a Él.

Pensamiento del día: Dios nos ama y quiere tener una relación personal con nosotros. Cuanto más le conocemos y le amamos, más deseamos someterle todos los aspectos de nuestra vida.