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Cómo Manejar Mi EnojoSample

Cómo Manejar Mi Enojo

DAY 3 OF 7

La ira es orgullosa

Para lidiar mejor con la ira como creyentes, necesitamos entender sus raíces. La ira carnal está arraigada en el orgullo. No importa cuándo, por qué o cómo nos enojemos, siempre estamos en el centro de la imagen. A menudo nos enojamos cuando la gente no está de acuerdo con nosotros. Nos valoramos a nosotros mismos y a nuestras opiniones por encima de las de los demás y nos enojamos cuando se niegan a ver las cosas a nuestra manera. Especialmente esto es cierto en lo concerniente con las personas bajo nuestra autoridad.

Por ejemplo, disciplinamos a nuestros hijos porque de alguna manera nos incomodan. Le decimos a nuestra descendencia que no haga algo y sigue haciéndolo. Nos enojamos porque el inconveniente para nosotros de tener que repetirlo está en el centro de la imagen. Nuestro orgullo también se lastima por la desobediencia de nuestros hijos. Podríamos decirnos, «¿Cómo se atreven estas pequeñas personas, a quienes les dimos la vida, discutir con nosotros?». Oh, el orgullo nos permite pensar que somos más importantes que nuestros hijos. También hace vernos como los autores de sus vidas. Ninguno de estos pensamientos es verdad.

Algo similar puede suceder en el trabajo. Un nuevo compañero de trabajo podría hacernos enojar cuando no quiere hacer algo de la manera que queremos que lo haga. Nuestro ego está afectado. Nos sentimos heridos y no apreciados porque creemos que sabemos más, así que nos enojamos. La raíz de la ira humana es siempre orgullo. Nos sentimos indignados cuando otros no están de acuerdo con nosotros porque pensamos que están cometiendo un error. También creemos que cuando nos enojamos, convencemos a estas personas para que hagan lo correcto. Evitaremos que cometan un error. Incluso podríamos evitar que pequen con nuestra ira, ¿verdad? Incorrecto. Esa no es la manera en que el Señor ve el asunto.

Las Escrituras nos dicen claramente que la ira humana no produce la justicia de Dios. Si somos realmente honestos con nosotros mismos, podríamos admitir que la forma en que nuestro compañero de trabajo o nuestros hijos quieren hacer algo, podría no estar mal, podría ser diferente. A veces, nuestro orgullo nos ciega al ver que la opinión o acción de otra persona puede ser tan buena o incluso mejor que la nuestra. Tenemos que mantener nuestro orgullo en control. Cuando nos mantengamos humildes, será mucho más difícil enojarnos.

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Cómo Manejar Mi Enojo

Muchos cristianos luchan con ira. Es una emoción peligrosa, poderosa, pero confusa. La Biblia diferencia entre la ira justa y la ira pecaminosa. También proporciona herramientas para superar este último. Este devocional ayuda a los creyentes a entender la ira, conocer sus raíces y aprender a controlarla. Los cristianos pueden vivir sus vidas llenas de emociones que son agradables al Señor.

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