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PERMANECIENDO EN SEMANA SANTA - DEVOCIONAL DE CUARESMA por BRYAN CRAIG

"Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen. Yo les doy vida eterna, y no perecerán jamás, y nadie los arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatármelas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:27-30).

Es posible que estés familiarizado con la famosa frase que C.S. Lewis introdujo, que, al considerar a Jesús, debes tomarlo como un lunático, un mentiroso o un Señor. Él deduce esto principalmente del hecho de lo que Jesús dijo acerca de sí mismo en las Escrituras. Este versículo es un ejemplo en el que Jesús reclama Su Deidad. Sabemos que Jesús es el "Hijo de Dios". Al igual que un hijo terrenal tiene la sangre de su padre corriendo por sus venas, Jesús poseía la santidad de su Padre. Él era Dios en carne. Él dice esto justo después de hablar de proteger a sus seguidores, darles vida eterna y decir que nadie podría arrebatárselos de su mano. Qué palabras tan asombrosas deberían darnos a ti y a mí una tremenda esperanza.

APLICACIÓN:

¿Eres creyente en Jesús, el Hijo de Dios, nacido de la virgen María, que murió en la Cruz, fue sepultado y tres días después resucitó de entre los muertos? ¿Sigues a Jesús? Si es así, no tienes miedo a la muerte ni a la eternidad. Estás con Jesús para siempre.