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COMIENZO: la práctica de poner a Dios primero y al esposo segundo

Devotional Content:

Pocos años atrás estaba participando en un congreso en Amsterdam. Una noche me senté y hablé con un hombre que era pastor en un pequeño pueblo de África. La gente de su iglesia era muy pobre, pero él me contó como tenían una pasión increíble por Dios. Después él dijo algo me marcó fuertemente. Él me dijo, “Me entristecen tu país y tu sociedad. Ustedes tienen tantas cosas que les distraen de Dios. Mi gente no tiene nada excepto a Dios.”

COMIENZO empieza con poner a Dios primero en tu vida. Si te pregunto cuál es la cosa más importante en tu vida y tu respondes Dios, ¿Hay evidencia para demostrar que es verdad? Si yo mirara tu agenda, ¿qué vería? ¿Cuánto tiempo de tu vida está reservado para estar con Dios? Yo pertenecía a un estudio bíblico para hombres y un día el líder nos pidió que escribiéramos nuestras tres primeras prioridades. Luego, fuimos cada uno de nosotros contando su lista. Sin excepción, nuestras listas fueron idénticas: Dios, familia, trabajo. Todos nos sentimos bastante bien sobre las respuestas hasta que nuestro líder nos pidió abrir nuestro agenda diaria en nuestros teléfonos y ponerlos en la mesa. ¿Adivina qué? Todos nuestros calendarios fueron casi idénticos también, y ninguno de nosotros teníamos tiempo agendado para Dios o para la familia.

Déjame compartir contigo algo que he encontrado ser absolutamente, cien por ciento verdad. Cuando mi relación con Dios está funcionando como debería ser, mi relación con Nancy también funciona, y cuando mi relación con Dios no está funcionando como debe ser, tampoco mi relación con Nancy. Para mi, poner a Dios primero se ve algo así. Yo empiezo y termino mi día con Dios. Busco Su sabiduría. Oro por mi matrimonio y mi familia. Filtro todo lo que pasa en mi día a través de Él. Él es primero. Después, y sólo después, mantengo a Nancy donde Dios lo desea. Él es mi número uno, ella, mi número dos. Eso es lo que trata COMIENZO.

Oración:

Ora para que Dios te muestre lo que significa ponerlo a Él primero cada día. Entonces, con Su ayuda, cada día empieza el proceso.