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Abraza tus promesas

DAY 4 OF 5

¿Estás permitiendo que Dios te equipe, mientras llega el cumplimiento total de tu promesa?

¿En qué te está formando Dios o cómo te está equipando, mientras esperas el cumplimiento de tu promesa? Esta es una pregunta que le hago a las personas que apoyo en consejería, que están esperando por el cumplimiento de una promesa en sus vidas.

Por ejemplo, ¿Dios te ha dicho que te usará para hablar a las multitudes un mensaje de restauración? Y, hasta ahora, ¿solo te han invitado a hablar en un grupo pequeño en una casa? Nuestra tendencia natural nos puede hacer ver y pensar que un grupo pequeño no cuenta, pues Dios nos habló de multitudes, desconociendo, o tal vez valorando muy poco lo que Dios nos quiere enseñar, mientras llevamos un mensaje de restauración a unos pocos, o a una persona en preparación para las multitudes (el cumplimiento total de Su promesa para nosotros).

¿Sabes? Un día recibí la promesa de que hablaría ante grupos de mujeres y que llevaría un mensaje de restauración. Sin embargo, cuando estaba en camino a que esa promesa se hiciera realidad, terminé en una unidad de cuidados intensivos neonatales por más de seis meses, cuidando de mis bebés prematuros. En ese tiempo, pensé que esa promesa no se cumpliría. Sin embargo, mientras permanecía en el hospital con mis hijos, Dios me dio la oportunidad de llevar un mensaje de restauración y esperanza a mamás que, como yo, llegaban todos los días, varias veces al día, a extraer leche para sus bebés. Mi tarima, para ser honesta, era muy diferente a la que había soñado; era un cubículo cubierto con una cortina detrás de la cual estaba extrayendo leche materna para mis bebés. Hubo momentos en los que le decía a Dios: "Pero si me prometiste que me llevarías a las naciones para llevar un mensaje de restauración a muchas mujeres, ¿qué hago aquí detrás de una cortina?". Lo que no entendía era que Dios estaba formándome en el proceso para entregarme algo más grande que la misma promesa.

Y en tu caso, ¿te has centrado tanto en la promesa, que te estás perdiendo la oportunidad de recibir todo el equipamiento y el entrenamiento para que puedas disfrutar tu promesa mucho más de lo que has imaginado?

¿Sabes? Detrás de esa cortina, en ese cuarto pequeño, muchas vidas fueron restauradas y aprendí que no se trataba de las multitudes, sino del mensaje que Dios me había entregado. Dios no quería una oradora, Él quería una mujer que restaurara a otras mujeres, sin importar el tamaño de la tarima. Hoy en día, desde otros auditorios, desde diversos micrófonos, desde diversos lugares del mundo, sigo llegando a muchas mujeres con un mensaje de restauración, pues Dios lo prometió y así lo ha cumplido, pero en el camino gané mucho más de lo que esperaba. Dios me permitió nutrir mis enseñanzas con mis propias vivencias, con mi propia historia. Mis tiempos en el cuarto de lactancia me ayudaron a conocer el corazón de las mujeres, sus necesidades, sus miedos y, desde allí, darles un mensaje relevante a sus vidas. Me entregó una autoridad que se ha ido fortaleciendo en el tiempo, pues aprendí a no huir de los procesos de espera por el cumplimiento de mis promesas, sino a esperar y aprender lo que Dios ha querido darme en el proceso.

En la espera, se forma nuestro carácter, hábitos, recibimos aprendizajes que nos ayudarán a disfrutar o administrar eso tan anhelado de la mejor manera. Así que, equípate mientras esperas el cumplimiento de tu promesa.

Oración:

Dios, te doy gracias por todo lo que he aprendido, y te pido que uses esos aprendizajes como parte de mi equipamiento, para cosas mayores que las que te he pedido.

Scripture

Day 3Day 5

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Abraza tus promesas

Esta serie está enfocada en animarte a reavivar las promesas que Dios te ha entregado y, en el proceso, crecer en tu confianza y dependencia en Él. Te permitirá recordar las promesas, reflexionar sobre los aprendizajes que has tenido en el proceso mientras esperas o avanzas al cumplimiento de estas; pero, sobre todo, fortalecer tu fe, y crecer en dependencia de Dios, para esperar su cumplimiento.

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